DOMINGO 2º DE CUARESMA
Sermón 2º
«Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús solo» Mateo 17,8 1
1.- La que más y mejor miró siempre a Jesús a solas, fue la Virgen María,
porque ella fue la que mayor gracia participó, y no sólo para sí, pero hoy para sus
devotos, que se la piden: Ave María .
2.- Leído el Evangelio, dí que nuestro Señor nos ha querido hacer plato y
muestra de su gloria, para esforzar a la penitencia a sus hijos. La Iglesia nos propone
este divino misterio y fue muy necesario que Cristo nos mostrase algo de su gloria para
animarnos. Y, si viendo el premio cuán grande sea no le servimos, ¿qué haríamos si no?
Si el jornalero, viendo en las manos la paga, no trabaja, ¿qué haría si no la viese?
Hizo Dios misericordia con nosotros, como la hizo a Elías que, huyendo de
Jezabel, se puso debajo de [un] fresno y pidió morirse allí; y un ángel le dio pan [cocido
al] rescoldo y agua, y, comiendo, caminó hasta el monte Horeb (cfr. 3 R 19,4-8). Así
hace Dios a los cristianos, que cada uno es Elías, que quiere decir, «celo del Señor» .
Éste se halla en cualquier justo y bueno, el cual, viéndose perseguido de la carne y de
las murmuraciones, desea acabar la vida; pero el ángel, que es el predicador,
proponiendo el pan de la buena doctrina y el agua de la gracia, si las guardare,
confortado está.
Y para mejor entender esta Transfiguración, andaremos con el Evangelio: Jesús
tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los subió a un monte alto, a solas (Mt
17,1). Hizo Cristo un sermón, como se ve en el capítulo 16 [de San Mateo], y dijo: En
verdad os digo que hay algunos de los aquí presentes que no verán la muerte hasta que
vean al Hijo del hombre venir en su reino (v.28). Y cómo: Jesús tomó a Pedro, a
Santiago y a su hermano Juan, y los subió a un monte alto a solas, y se transfiguró
delante de ellos . Y [es que] no se puede bien contemplar el cielo y la gloria, sino
apartados y subidos del valle y tráfagos del mundo.
3.- La primera cosa que hizo Dios a la entrada [de los hebreos] en la tierra de
promisión fue que mandó rodeasen la ciudad de Jericó, y, con las trompetas tañendo,
fue asolada con los muros y torres (cfr. Jos 6,1-5). Así ha de ser en el corazón del
cristiano, cuando oye las trompetas de las buenas inspiraciones, el mundo [cae a sus
pies],... etc.
Y porque Acán tomó una regla [=barra] de oro y una capa de grana fue apedreado
(cfr. Jos 7,20-26), [así] todos los que quisieren medirse a la manera del mundo,
perecerán...etc.
[Jesús] tomó a Pedro, Juan y Diego (= Santiago), por muchas razones: [una, para]
que en la Pasión no se escandalizasen; [y otra], porque eran los más principales, etc. Y
dejó a los demás, para denotar que más son los condenados que los salvados, etc.
Y puesto en el monte transfiguróse 2 . Y aparecieron Moisés y Elías, y no otros,
[como] Abraham, etc., porque éstos fueron muy celosos: Moisés contra el Faraón, y
Elías contra Ac ab y la idolatría (cfr. 3 R 18). [Los dos] fueron muy famosos porque
ayunaron cuarenta días con trabajos; y para mostrar que era Señor de los bienes de los
vivos y de los muertos.
1 Obras y sermones , vol.I, pp.221-222.
2 San Luis remite a un sermón de San Vicente Ferrer pronunciado el sábado anterior a este domingo.
4.- Y hablaban del exceso de su muerte que había de tener lugar en Jerusalén
(Lc 9,31). Exceso fue el dolor que padeció Cristo, porque todos los dolores de los
mártires no fueron tan grandes, [y] Cristo es el más delicado que hubo. [Hablaban del]
exceso de deshonra, del exceso de amor...etc.
Decidme: Si el rey consultase con los grandes que quería que se sentenciase al
príncipe, y [se le] pusiese en cruz, por el amor que tenía a una ramera, que hubiese
cometido y caído en todos los vicios y deshonestidades, y que pagase su hijo los
crímenes que ella había hecho, ¿qué diríamos? ¡Qué exceso de amor! [Dice San Juan]:
Dios amó al mundo de tal manera que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que
cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna (Jn 3,16). Y San Pablo: Dios no
perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros (Rm 8,32), que
somos unos sucios y malos. ¡Oh, cómo obedeció! Fue como el pelícano que con su
propia sangre da vida a sus hijos, etc.
Y el Padre [dijo]: «Este es mi Hijo predilecto, en quien me he complacido:
escuchadlo» (Mt 17,5). Quiere Dios que lo tomemos por Maestro y le obedezcamos...
Háblanos Dios por muchas maneras por predicaciones. [Cuenta la historia] de
Nínive (cfr. Jon 3), y cómo, Jonás predicando, de aquí a cuarenta días Nínive será
destruida , el rey que lo oyó hizo [un] pregón [para] que todos ayunasen. Y dice el texto
que todos creyeron al Señor . Jonás predicaba, y dice el texto que creyeron al Señor
Dios. Así el predicador. No seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro
Padre hablará por vosotros (Mt 10,20).
5.- San Pedro, engolosinado, dijo: Señor, bueno es que nos estemos aquí. Si
quieres, haré tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías (Mt 17,4). Si
una gota lo embriagó, ¿qué será cuando fuere saciado con la abundancia de su casa ?
(Sal 35,9). Encarézcase esto y cómo se olvidó de todo [lo demás], etc.
[Luego] tocólos Dios y se levantaron (cfr. Mt 17,7). Di que los cristianos, y los
que caen de rostro, ven donde caen y, aunque sean frágiles, reconocen su pecado.
Cuando llama Dios es necesario levantarse y confesarse, etc. Pero los que caen atrás, no
ven adonde caen, y así permanecen obstinados como los judíos que, [al prender a Jesús],
retrocedieron y cayeron en tierra (Jn 18,6). [El Evangelio añade]: Los discípulos,
cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús solo (Mt 17,8). [Y es que] el fin
de la ley es Cristo (Rm 10,4). A él hemos de mirar. [San Pablo]: En verdad todo lo
tengo por pérdida, en cotejo del sublime conocimiento de mi Señor Jesucristo (Flp 3,8).
Y éste es el fin, a éste hemos de mirar: Ésta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el
único Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo (Jn 17,3). En él hemos de poner
nuestros deseos, palabras y obras.
Di que hace Cristo como el águila real, que toma sus pollitos y les sube muy alto,
para que miren de hito al sol. Así Cristo a los suyos. Pero el milano, aunque sube muy
alto, tiene los ojos a la tierra. Así muchos son altos para saber entender y presumir,
pero, clavan sus ojos para derribar a los otros por tierra (Sal 16,11). Todo lo que hacen
es por sus intereses, etc.
Mira que Cristo es como el águila que incita a volar a sus polluelos extendiendo
sus alas y revoloteando sobre ellos (Dt 32,11). Así Dios da trabajos a los suyos, etc.
Mira a Cristo transfigurado en el monte Calvario, que de impasible se hizo pasible, de
harto, hambriento, [y] con hiel; de inmortal, mortal, etc. Pídele que, pues por tu amor se
transfiguró, te dé gracia que te transfigure de deshonesto en casto, de soberbio en
humilde, etc., dándote aquí la gracia [y después la gloria]. Amén.