3º Domingo de Pascua - A
Evangelio de la Misa: Luc 24,13-35 - Camino de Emaus
Entrañable escena la que relata el Evangelio de la Misa. Unos apóstoles
apenados, hundidos y apesadumbrados, por lo ocurrido días atrás en Jerusalén:
la Muerte de su Maestro. Aún no creían lo que ya se rumoreaba: que Jesús había
resucitado. El se les hace el encontradizo cuando se dirigían a la aldea de
Emaus, y aunque no le reconocen de momento, a medida que les va hablando se
van entusiasmando con aquel personaje que tán bien conoce e interpreta las
Escrituras. Por fin le reconocen cuando, sentados a la mesa para cenar juntos,
Jesús muestra su personalidad bendiciendo, o consagrando el pan como la había
hecho en la Ultima Cena.
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Oración para cada día de la semana
Señor, que te mostraste resucitado a los apóstoles cuando iban camino
de Emaus. Yo también siento muchas veces dudas y dificultades en mi fe,
y sobre todo a la hora de cumplir las consecuencias prácticas de la fe en mi vida.
Unas veces son las dificultades del ambiente que me rodea, y otras es mi pereza
y mi soberbia, que me dominan. Te pido, Señor, la humildad suficiente
para escucharte y aprender de Ti, leyendo y meditando el Evangelio,
y escuchando a tus pastores en la Iglesia, que hablan y enseñan en tu nombre.
Viniste a la tierra, Señor, para salvar a todos los hombres,
y a todos quieres abrirles el tesoro de tus enseñanzas. Quiero disfrutar de tu
mensaje salvador. Solo en él se encuentra la auténtica alegría, y el verdadero
sentido de la vida. Quiero testimoniarlo y difundirlo. Quiero ser apóstol de tu
mensaje de salvación. Precisamente los Apóstoles te reconocieron
al partir el pan, cuando hiciste realidad la Eucaristía,
que ellos ya habían vivido, y “saboreado” en la Ultima Cena.
Que participe, Señor, frecuentemente en la Eucaristía, o Santa Misa
con la alegría de un encuentro amoroso contigo,
y con la fe y devoción de quien desea intimar con el Dios-Amor,
y alimentarse con el verdadero pan de vida, que enciende los corazones,
para mirar a las altas metas de la santidad personal.
Señor aumenta mi amor a la Eucaristía: a celebrarla con fe
en la Santa Misa, a recibirla con profunda devoción en la Comunión,
y a adorarla con respeto y agradecimiento en el Sagrario.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez