Viernes después del 3º Domingo de Cuaresma
(3º Domingo de Cuaresma de la liturgia actual)
Sermón 2º
Fragmentos sobre el mismo Evangelio
«Mujer, dame de beber» Juan 4,7 1
1.- Mandó Dios en el libro del Levítico que los animales que rumian fuesen aptos para ofrecer
sacrificios (cfr. Lv 11). Estos [animales] son figura de los cristianos, que no solamente se contentan de
pensar y oír la palabra de Dios, pero dan una, y otra, y otra vuelta, considerando, etc. Digo esto, porque
nuestro Señor, que todo lo ordena suavemente, ha sido servido [de que yo], aunque indigno, predicase
ahora, en lugar del Muy Reverendo Padre Doctor y apostólico varón, Pedro Pérez, porque quedó tan
fatigado del sermón que hoy de mañana ha predicado en la Seo, que me ha pedido predicase yo por él.
Y como tengo dicho, ruego que todos sean animales que rumien y vuelvan a la memoria la doctrina tan
santa que han oído, porque esto sólo bastaría para sermón. Y aún Juvenal encarece a los estudiantes
que la lección leída una vez, y repetida diez veces, les ayudará a retenerla .
Pero, con todo, tenemos entre manos la historia de la samaritana, tan sabrosa, que aunque se
haya oído hoy de mañana, no dejará de entrar en provecho. Y para esto digamos cada uno de nosotros
a la Virgen: Mujer, dame de beber . Alcánzanos, Señora, el agua de la gracia. Ave María.
2.- Como el Señor se fuese de Galilea a Judea, hubo de pasar por medio de Samaria 2 . Jesús,
fatigado del camino (Jn 4,6). Pondera la delicadeza y ternura del Señor, que fue concebido del Espíritu
Santo. Nosotros somos toscos, y [por eso a él] una hora de trabajo le fatigaba más que a nosotros
muchas.
3.- Si conocieses el don de Dios (ibid. 10). Sobre esto encarece las mercedes que Dios nos hace,
[porque según Santiago]: Todo don perfecto, de arriba viene, como que desciende del Padre de las
luces (St 1,17). Y Dios Padre nos dio a su Hijo, [como dice San Juan]: Dios amó al mundo de tal
manera, que entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga
vida eterna (Jn 3,16). Y el Hijo se nos dio y nos da cada día tanta abundancia de predicadores, para
que nos desengañen [del mal]. ¡Oh, cuántos pueblos carecen de doctrina! Guardaos, de la ingratitud.
4.- Todo el que bebe de este agua, tendrá otra vez sed, pero el que bebiere del agua que yo le
daré, nunca en adelante tendrá sed (ibi. 13-14). Todo lo de este mundo se acaba 3 . Y pondera los
pocos que se salvan, con el ejemplo del Deán y San Bernardo, que fueron al cielo, y tres al Purgatorio,
y treinta mil al infierno. Y del doctor de París, que no quiso renunciar [a los] beneficios, sino que dijo
al obispo que él lo quería experimentar, y ver su opinión en el otro mundo. Y así apareció al obispo,
condenado, y le dijo si era acabado el mundo. Y [aquél] le respondió: «¿Cómo me preguntas, siendo
letrado, eso?, ¿Cómo, no ha tantos días que eres muerto?» Y el [condenado] dijo que eran tantas las
almas que habían entrado en el infierno desde que allí estaba, que no podía pensar que tantos hombres
hubiera en el mundo, sino que fuese ya acabado. Un grande siervo de Dios, religioso de San Francisco,
me dijo, que iban al infierno tantos, que como los pastores llevan manadas de ga nados a los apriscos,
así el demonio lleva al infierno. Procurad de ser de los poquitos que se salvan.
1 Obras y sermones , vol. I, pp.324-325. En una nota al margen se lee: «[Este sermón lo predicó San Luis] por la tarde en la Iglesia de
Santa Catalina de Siena, porque cayó enfermo el Padre Pérez, que había de predicar». El lector advertirá en seguida que este sermón es
más bien un guión de lo que San Luis se proponía decir en el momento de predicar.
2 Nota marginal:«Di todo el Evangelio y consulta el sermón de San Vicente Ferrer para este viernes de Cuaresma».
3 Nota: «Consulta a San Vicente Ferrer»
5.- Acabado [de glosar] el Evangelio, vuelve a las palabras del tema [de este sermón]: Mujer
dame de beber . Y dirás que si no tuviésemos los pecadores estos ejemplos del Señor, reventaríamos.
Que a San Pablo, al tiempo que perseguía a los cristianos, le convirtió el Señor; y a San Mateo, cuando
trataba en sus cambios, le llamó, y le hizo apóstol y evangelista. Y a la samaritana, cuando me-nos
pensaba, hizo con ella el Señor lo que el cazador, que junto a la fuente pone su liga, y se mete con su
reclamo para cazar las aves. Así Cristo la cazó.
No ha quien desespere, si quiere aprovecharse de su misericordia, y oír su doctrina, [pues con
ella] nos está pidiendo [dar de] beber a sus pobres. Andad al hospital y veréis la necesidad. [San
Marcos]: Quien os diere de beber un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, en verdad os
digo que no perderá su recompensa (Mc 9,41)
6.- Cuando refieras el Evangelio, sobre aquellas palabras: Los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad (Jn 4,23), dirás que a Dios hay que oran con el alma y con el cuerpo,
etc. 4 . Y [di] también, contra los herejes, que [hay que adorarlo] no solamente con la fe pero con las
obras, [pues] la fe de los cristianos no es fe regalada ni ociosa, sino fuerte y viva. [Santia go]: La fe sin
las obras está muerta (St 2,26). Encarece esto mucho. ¡Oh, cuántos [proceden así]! [Génesis, a
propósito de Jacob]: Acercóse al padre, y habiéndole palpado, dijo Isaac: Cierto que la voz es de
Jacob, pero las manos son de Esaú (Gn 27,22). Aplícalo.
7.- Está el Señor echado [sobre] el brocal del pozo, que es la Cruz, pidiendo de beber: Tengo
sed (Jn 19,28). Démosle agua de lágrimas, de amor y de compasión. [Dice el Sabio]: Dame, hijo mío,
tu corazón y fija tus ojos en mis caminos (Pr 23,26). Mira a la Virgen al pie de la Cruz como oveja
mansa, viendo a tu tierno Hijo hecho [un] cordero en aquella carnicería. Di el ejemplo del religioso
que saludaba a la Virgen con un Ave María, [fijándose] en cada una de las partes de su cuerpo, [en el]
corazón, etc., y al alma [de] las virtudes. Y [se] le apareció la Virgen y le dio de beber de la leche, y
fue grande predicador. Y [recitaba] cinco Padrenuestros a las llagas [de Cristo], y [cómo] le dio el
Señor a beber de sus llagas.
8.- Cuando dijeres: Si conocieses el don de Dios (Jn 4,10), encarece a los predicadores como
son sal de la tierra, y la sal escuece adonde hay llaga. Y así han de reprender, aunque les escueza, a los
señores y pecadores. Pero es lástima que tanto se ague el vino de la reprensión, que, cuando se da, no
tiene fuerza. ¿Qué aprovecha la pimienta, si le ponen tantos adherentes, que no pica ni escuece? Echan
la lanzada, pero no hiere, porque es de flaco brazo. Casi todos cantan: Agradaré al Señor en la tierra
de los vivos (Sal 114,9), y no hay quien quiera por la verdad volver, aunque sea cantando: Clamé al
Señor en mi tribulación y me atendió (Sal 119,1). Yo he venido al mundo para dar testimonio de la
verdad (Jn 18,37). Y por ella murió el Señor y todos sus Apóstoles y mártires. Por ésta han de
ofrecerse todos los predicadores a la muerte [según aquellas palabras de Cristo]: Si me han perseguido
a mí, os perseguirán también a vosotros (Jn 15,20), porque diréis la verdad. Si fueseis del mundo, el
mundo amaría a los suyos, pero como no sois del mundo, sino que yo os saqué del mundo, por eso el
mundo os odia (ibid. 19). No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed
más bien a quien puede perder en el infierno alma y cuerpo (Mt 10,28).
9.- Mujer dame de beber . Dios nos dio alma y cuerpo, cielo y tierra, y hasta a sí mismo.
Pues está en la Cruz, sediento, démosle nuestro corazón. Pero el misterio de la Cruz no hay quien lo
entienda, si no se desembaraza [uno de todo], y ruega a Dios [que] se lo manifieste. [Dice el Salmista]:
El hombre insensato no conoce estas cosas, ni entiende de ellas el necio (Sal 91,7). [San Pablo]: El
hombre animal no puede hacerse capaz de entender las cosas que son del espíritu de Dios, pues para
él todas son una necedad y no puede entenderlas (1 Co 2,14). [Cristo en el Evangelio]: Bendígote, oh
Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y
se las has revelado a los pequeños (Mt 11,25). Los que fueren humildes, éstos tiene el pozal y esto con
reverencia y temor: Oí, Señor, tu anuncio, y quedé lleno de temor; consideré tus obras y salí fuera de
4 Nota: «Consulta a San Vicente»
(Ha 3,1) 5 . Y al fin, vuelto al altar, di: Señor, ten misericordia de mí (Sal 50,1). Y pídele que te dé
el agua de la gracia y después la gloria. Amén .
5 San Luis anota: «Consulta el sermón de V ITRIACO para el día primero in Parasceve »