EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 18,9-14.
Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo
también esta parábola:
"Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba así: 'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los
demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese
publicano.
Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas'.
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a
levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios mío, ten
piedad de mí, que soy un pecador!'.
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque
todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Andrés de Creta (660-740), monje y obispo
Gran Canon de la liturgia Bizantina para la Cuaresma 2ª oda
« Oh Dios, ten piedad de este pobre pecador »
Atiéndeme, Oh Cielo, y yo hablaré; Oh tierra, dad aire a las voces que se
arrepienten ante Dios y le cantan alabanzas.
Atiéndeme, Oh Dios mi Salvador, con tus misericordiosos ojos y acepta mi
ferviente confesión.
He pecado ante todos los hombres. Yo solo he pecado contra Ti; Pero Dios ten
compasión, Oh Salvador, sobre tu criatura.
Una corriente de pasiones me acosa, Oh compadécete Padre, me ofrezco
también a Tí. Sed misericordioso conmigo, oh Salvador, en Ti confío.
He oscurecido la belleza de mi alma con placeres de pasión y he reducido a fango
mis pensamientos y mi mente.
He desgarrado la vestidura que el Creador tejió para mí en los comienzos y por
eso estoy yaciendo desnudo.
Me he puesto un abrigo desgarrado, el cual la serpiente tejió para mí por desidia
y estoy avergonzado.
He mirado la belleza del árbol, y mi mente fue seducida; y ahora me encuentro
desnudo, y estoy avergonzado.
Todos los demonios de las pasiones me han seguido y por mucho tiempo me han
tiranizado.
He perdido la belleza de mi nacimiento y ahora me encuentro desnudo y estoy
avergonzado.
Los pecados que me desnudaron del ropaje tejido por Dios, han cosido sobre mí
un vestido de pellejos.
Estoy envuelto en una prenda de vergüenza, lo mismo que hojas de higuera en
reprobación por mis pasiones egoístas.
Oh Amor de los hombres, quien deseó la salvación de todos, en Tu bondad
recuérdame y recíbeme arrepentido.
Dad oídos a los suspiros y gemidos de mi alma, acepta las lágrimas de mis ojos,
oh Salvador, y sálvame.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”