EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 13,21-33.36-38.
Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: "Les aseguro
que uno de ustedes me entregará".
Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería.
Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús.
Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere".
El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?".
Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y
mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza
pronto lo que tienes que hacer".
Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto.
Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús
quería decirle: "Compra lo que hace falta para la fiesta", o bien que le mandaba dar
algo a los pobres.
Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.
Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y
Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy
pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo
les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden
venir'.
Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿adónde vas?". Jesús le respondió: "A donde yo voy, tú
no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás".
Pedro le preguntó: "¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti".
Jesús le respondió: "¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes
que me hayas negado tres veces".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Juan Crisóstomo (v. 345-407), Padre de Antioquía después Obispo de
Constantinopla, doctor de la Iglesia.
Homilía sobre la conversión, n°1
"Judas salió inmediatamente, era de noche"
Judas había expresado su arrepentimiento:"He pecado entregando sangre
inocente" (Mt. 27:4). Pero el diablo, que había entendido estas palabras,
comprendió que Judas estaba en el buen camino y esta transformación le asusta.
Después reflexionó: Su maestro es benevolente, pensó; en el momento que fue
traicionado por él, lloró por su suerte y le ha apelado de mil maneras, sería
sorprendente si no lo recibe cuando se arrepiente con toda su alma, se da por
vencido para que le ayuden si se levanta y reconoce su culpa. ¿No es por esto por lo
qué fue crucificado? Después de estas reflexiones, introdujo una profunda tristeza
en la mente de Judas, y lo empujó a una inmensa desesperación, lo desconcertó, y
le acosó hasta que él se las arregla para empujarlo al suicidio para privarlo de la
vida después de despojarlo de sus sentimientos de arrepentimiento.
No hay duda de que, de haber estado aun vivo se habría salvado: sólo hay que
ver el ejemplo de los verdugos. En efecto, si Cristo ha salvado a los que le
crucificaron; si, incluso en la cruz, ruega al Padre e intercede por el perdón de sus
pecados (Lucas 23:34), ¿cómo no habría acogido al traidor con una benevolencia
total, donde se ha demostrado la sinceridad de su conversión? ... Pedro le negó tres
veces después de participar en la comunión de los santos misterios, y sus lágrimas
le absolvieron (Mt 26,75, Jn 21,15 s). Pablo, el perseguidor, el blasfemo, el
presuntuoso, Pablo que no sólo ha perseguido al crucificado sino a todos sus
discípulos, se convirtió en apóstol después de su conversión. Dios sólo nos pide una
ligera penitencia para concedernos el perdón de nuestros pecados.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”