Homilía
Jueves Santo
Evangelio: Jn. 13, 1-15
NEGARSE A SER LAVADO POR EL SALVADOR
De las enseñanzas del Papa Benedicto XVI 1 concluimos:
En el relato del lavatorio de los pies aparece tres veces la palabra
“puro”,limpio
Para poder presentarse ante Dios, entrar en comunión con Él, el
hombredebeser“puro”PorqueDiosesSanto
Sin embargo, el hombre, cuanto más recibe la Luz, más se siente sucio
y necesitado de purificación.
No es el rito externo de purificación lo que hace puro al hombre (Mc. 7,
14-23).
La pureza está en el corazón interior del hombre. Son los hombres de
corazónpurolosqueveránaDios(Mt5,8)“Felicesloslimpiosde
corazón,porqueveránaDios”
Es la fe la que purifica el corazón del hombre (Hechos 15, 5-11). Dios
sale al encuentro del hombre y lo toca interiormente, abre su corazón
y lo purifica.
Para comprender el relato del lavatorio de pies (Jn. 13, 1-15), es
necesario leer estas palabras de Jesús (contexto).
1 Cf. Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús de Nazarteh, Segunda Parte, Desde la entrada en Jerusalén has
la Resurrección, México D. F., Planeta, 2011, págs. 74-83.
1
o En la oración sacerdotal, en la última cena, un poco después del
lavatorio de los pies, Jesús les dice a los apóstoles: “ Ustedes ya
están limpios por la palabra que les he anunciado ”(Jn15,3) Es
la Palabra de Jesús la que abre el corazón del hombre, penetra
en él, lo purifica y le da la fe.
o Y un poco más adelante, Jesús, dirigiéndose al Padre, pide para
sus discípulos “ Santifícalos en la verdad ” (Jn 17, 17) El
“lavatorio”quehacealoshombresdignosdeDioseslaVerdad
Pero la Verdad es la Persona del mismo Jesús .
El gesto de Jesús de lavar los pies de sus discípulos es el camino de
purificación. El lavatorio que nos purifica (¡y santifica!) es el amor de
Jesús, el amor de Jesús que llega hasta la muerte (dice al inicio del
capítulo13delevangeliosegúnsanJuan“losamóhastaelextremo”
13,1). Lo que nos limpia es la Palabra de Jesús, pero la Palabra de Jesús
es Él mismo. Y Su palabra es la Verdad y es el Amor.
En lugar de la antigua pureza ritual, Jesús trae la novedad del Don del
encuentro del hombre con Dios a través de y en Jesucristo . Es Su sangre
la que nos purifica (Rm. 5, 9).
Los ritos de purificación del Antiguo Testamento miraban hacia el
futuro y el futuro era el Dios Encarnado. Entonces, los antiguos ritos
ceden ante la novedad del Salvador. Dios desciende a nosotros y nos
purifica.
La purificaciónesunDondeDios,esunaaccióndeDios“Ustedes
estánlimpios”(Jn13,10)Nopuedeelhombre,élsolo,purificarse
El lavatorio de pies que hizo Jesús, que simboliza y anticipa su
humillaciónyentrega“hastaelextremo”ensuMuerte, debe ser
continuada por sus discípulos. Poresolesdice“leshedadoejemplo”
(Jn. 13, 15). Yunpocomásadelante,enlaúltimacena,lesdirá“elque
cree en mí, también hará las obras que yo hago porqueyomevoyal
2
Padre (Jn. 14, 12). En eso consiste el Don, en que Jesús se va al Padre,
pero seguirá obrando a través de sus discípulos. Por ello el capítulo 13
desanJuaniniciadiciendoqueJesús“habíasalidodeDiosyvolvíaa
Dios”(Jn13,3)
LapurificaciónesunDondeDios,esunaaccióndeDios“Ustedes están
limpios”(Jn13,10)Nopuedeelhombre,élsolo,purificarse
El hombre posmoderno, en cambio, en su soberbia, está falsamente
convencido de que, o no necesita purificación o puede auto purificarse. En su
boca podríamos reeditar las palabras que al principio objetó Pedro cuando
Jesúsqueríalavarlelospies,aunqueconunsentidoenpartediverso“Jamás
melavaráslospies”,Jn13,8
Para el hombre posmoderno, que por estar tan metido cabeza abajo, hacia la
oscuridad, ha perdido la vista de la Luz y de la Santidad de Dios, ya no tiene
sentido hablar de pedir perdón, ser limpiado, purificado, redimido, salvado.
Se niega a ser lavado por el Salvador.
El hombre, hoy, ve oscurecido su apetito de bien, de belleza, de verdad, de
felicidad auténtica, en fin, de Dios, y por eso no entiende las palabras de
JesúsaPedro“Sinotelavo,notienesnadaqueverconmigo”(Jn13,8)
Qué significa para este hombre este lenguaje “compartir con Jesús”,
participar de su gloria?
Por ello, la pregunta de Jesús a sus discípulos después del lavado de pies.
“comprendenloqueacabodehacer”(Jn13,12),vandirigidastambiénal
hombredehoy,anosotrostambién“Comprendenloqueacabodehacer”
¿Cómo comprenderlo? Déjate lavar por Jesús. Una y otra vez. Hasta que
aprendas a hacer, junto con Él, y continuar haciendo, lo que Él ha hecho (cf.
Benedicto XVI).
3
El relato del lavatorio de los pies nos presenta dos maneras diferentes de
reaccionar frente al Don de Dios salvador: la de Judas y la de Pedro (Cf.
Benedicto XVI).
JudasesaquelaquienserefiereJesúscuandodice“ustedesestánlimpios,
aunquenotodos” porque“conocíaalqueloibaaentregar” (Jn. 13, 10-11).
Jesús también lavó los pies de Judas, aunque éste no estaba bien dispuesto, y
no fue purificado.
Pedro, en cambio, si bien al principio se negó dos veces a ser lavado por
Jesús, cuando el Maestro le dijo lo que se perdería si persistía en su negación,
serindióyrespondió“Señor,entonces,(lávame)nosólolospies,sinolas
manosylacabeza”
Si queremos nosotros tener parte, compartir con Jesús, su vida, sus acciones,
su amor, su felicidad, dejémonos lavar y purificar, y escuchemos de su boca
lasconsoladoraspalabras“ustedesyaestánlimpios”(Jn13,10)
“Ustedesyaestánlimpios”cércate, deja que te toque, se incline a tus pies
Aquel ante Quien se inclina el universo. Déjate lavar, purificar el corazón. Es
el encuentro con Jesús Salvador, el que limpia, purifica, sana.
Pbro. Hernán Quijano Guesalaga
21 de abril de 2011
Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Paraná
4