¡Resucitó mi esperanza!
24/04/201
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al
sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa
donde estaban Simn Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se
han llevado del sepulcro al Seor y no sabemos dnde lo habrán puesto”.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo
juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al
sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro.
Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la
cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio
aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y
vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las
cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Oración introductoria
Jesús mío, deseo que este día sea muy especial para toda mi familia. Tengo un
gran gozo que comunicarles. Permite que sepa encontrarme contigo en esta oración
para que sea mi testimonio, más que mis palabras, el medio para convertir este
domingo en una gran celebración.
Petición
Jesús, que pueda asistir hoy, con mi familia, a la celebración de la Sagrada
Eucaristía.
Meditación
«Abramos el corazón a Cristo muerto y resucitado para que nos renueve, para que
nos limpie del veneno del pecado y de la muerte y nos infunda la savia vital del
Espíritu Santo: la vida divina y eterna. (…) Sabemos que estás resucitado, la
muerte en Ti no manda. Sí, éste es precisamente el núcleo fundamental de nuestra
profesión de fe; éste es hoy el grito de victoria que nos une a todos. Y si Jesús ha
resucitado, y por tanto está vivo, ¿quién podrá jamás separarnos de Él? ¿Quién
podrá privarnos de su amor que ha vencido al odio y ha derrotado la muerte? Que
el anuncio de la Pascua se propague por el mundo con el jubiloso canto del aleluya.
Cantémoslo con la boca, cantémoslo sobre todo con el corazón y con la vida, con un
estilo de vida „ázimo‟, simple, humilde, y fecundo de buenas obras (…). ¡Resucit de
veras mi esperanza! Venid a Galilea, el Señor allí aguarda. El Resucitado nos
precede y nos acompaña por las vías del mundo. Él es nuestra esperanza, Él es la
verdadera paz del mundo. Amén» (Benedicto XVI, 12 de abril de 2009).
Reflexión apostólica
«La experiencia del amor de Dios en Cristo tiende necesariamente a traducirse en
vida. Para el cristiano, conocer en profundidad a Cristo es vivir en el amor, vivir
para el amor, vivir de amor. Su vida no puede tener ya otra motivación, ni otro
sentido, ni otra meta que el amor cristiano» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 33).
Propósito
Vivir este día con alegría y espíritu de agradecimiento a Dios por el don de mi
redención.
Diálogo con Cristo
Jesús, ¡soy tan feliz por poder celebrar contigo esta Pascua de Resurrección! Tú
eres mi luz, la verdad, el amor mismo. Quiero que todo este día sea un himno de
gratitud y alabanza para Ti, por todas tus bendiciones con las que colmas mi vida.
¡Gracias Señor por tu Amor! Yo no soy digno que vengas hoy a mi casa, pero estoy
dispuesto y rebosante de júbilo porque sé que Tú quieres venir y hacer morada en
mi interior. ¡Ven Señor Jesús!
«Con la resurrección de Cristo, la muerte y el mal han sido derrotados para
siempre. De esta resurrección surge toda la esperanza y confianza del hombre en
su camino de santidad»
( Cristo al centro, n. 738).