Miércoles 13 de Abril de 2011
Miércoles 5ª semana de Cuaresma 2011
Daniel 3,14-20.91-92.95
En aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo: "¿Es cierto, Sidrac, Misac y
Abdénago, que no respetáis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he
erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la
vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la
estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados al punto al
horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?" Sidrac, Misac y Abdénago
contestaron: "Majestad, a eso no tenemos por qué responder. El Dios a quien
veneramos puede librarnos del horno encendido y nos librará de tus manos. Y
aunque no lo haga, conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos
la estatua de oro que has erigido."
Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro
desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de
costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y
Abdénago y los echasen en el horno encendido. El rey los oyó cantar himnos;
extrañado, se levantó y, al verlos vivos, preguntó, estupefacto, a sus consejeros:
"¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?" Le respondieron: "Así
es, majestad." Preguntó: "¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar,
paseando por el horno sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino."
Nabucodonosor entonces dijo: "Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y
Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en él,
desobedecieron el decreto real y prefirieron arrostrar el fuego antes que venerar y
adorar otros dioses que el suyo."
Interleccional: Daniel 3
R/A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, / bendito tu nombre santo y
glorioso. R.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.
Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines / sondeas los abismos. R.
Bendito eres en la bóveda del cielo. R.
Juan 8,31-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: "Si os
mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y
la verdad os hará libres." Le replicaron: "Somos linaje de Abrahán y nunca hemos
sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?" Jesús les contestó: "Os
aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa
para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis
realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de
matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a
mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre."
Ellos replicaron: "Nuestro padre es Abrahán." Jesús les dijo: "Si fuerais hijos
de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí,
que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán.
Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre." Le replicaron: "Nosotros no somos
hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios." Jesús les contestó: "Si Dios
fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he
venido por mi cuenta, sino que él me envió."
COMENTARIOS
KOINONÍA 2011
El mensaje de Jesús produce la libertad que viene sólo de Dios, no de la
dependencia a un linaje, ni a una elevada condición social. Para Jesús ser hijo se
demuestra por la conducta, no por el mero nacimiento.
Quien en su manera de proceder es embustero y homicida, no tiene por
Padre a Dios. Este era el caso de los dirigentes judíos, que bajo pretexto de religión
querían matarlo, afirmando que bastaba pertenecer al linaje de Abrahán para ser
libres.
Su conducta homicida muestra que no procedían de Dios. La libertad de
Jesús exige no amoldarse a ninguna religión oficial que, aliada con el poder, sea
causa de muerte. Él será siempre el aliado de la vida y del respeto a la dignidad
humana.
(Extracto de servicios KOINONÍA)