EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Viernes de la IV Semana de Cuaresma
Libro de la Sabiduría 2,1.12-22.
Ellos se dicen entre sí, razonando equivocadamente: "Breve y triste es nuestra
vida, no hay remedio cuando el hombre llega a su fin ni se sabe de nadie que haya
vuelto del Abismo.
Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de
obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra
la enseñanza recibida.
El se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor.
Es un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos
resulta insoportable,
porque lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes.
Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las
inmundicias. El proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por
padre a Dios.
Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final.
Porque si el justo es hijo de Dios, él lo protegerá y lo librará de las manos de sus
enemigos.
Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su
paciencia.
Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará".
Así razonan ellos, pero se equivocan, porque su malicia los ha enceguecido.
No conocen los secretos de Dios, no esperan retribución por la santidad, ni valoran
la recompensa de las almas puras.
Salmo 34(33),17-18.19-20.21.23.
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos.
El justo padece muchos males, pero el Señor lo libra de ellos.
El cuida todos sus huesos, no se quebrará ni uno solo.
Pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en él no serán
castigados.
Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30.
Después de esto, Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los
judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas,
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero
en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: "¿No es este aquel a quien querían matar?
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las
autoridades que es verdaderamente el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías,
nadie sabrá de dónde es".
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: "¿Así que ustedes me
conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta;
pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió".
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía
no había llegado su hora.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Juan Tauler (v. 1300-1361), Dominico en Strasbourg
Sermón 12, martes antes de Ramos
« Jesús también fue a la fiesta..., pero en secreto »
Jesús dijo: « Mi tiempo no ha llegado todavía, el vuestro está siempre
dispuesto...Subid vosotros a la fiesta. Yo no subo a esta fiesta porque mi tiempo no
se ha cumplido todavía » (Jn 7, 6-8). ¿Qué es exactamente esta fiesta a la que
nuestro Señor nos dice de subir y cuyo tiempo es en cualquier momento?
La fiesta la más excelente y la más verdadera, la fiesta suprema, es la
celebración de la vida eterna, es decir, la felicidad eterna donde estaremos
realmente cara a cara con Dios. Esto es, no podemos verlo aquí abajo, pero la que
podemos ver, es un anticipo de aquella, una experiencia de la presencia de Dios en
el espíritu por la alegría interna que nos da un sentimiento tan íntimo.
El tiempo que sigue siendo nuestro, es para buscar a Dios y continuar el
sentimiento de su presencia en todos nuestros trabajos, nuestra vida, nuestro
querer y nuestro amor. Por lo tanto, nosotros debemos elevarnos por encima de
nosotros mismos y todo lo que no es Dios, no queriendo y no amando más que a
solo Dios, con toda pureza y ninguna otra cosa más. Este tiempo es todos los
instantes.
Este verdadero tiempo de la fiesta de la vida eterna, todos lo desean, es un
deseo natural, puesto que todos los hombres, naturalmente, quieren ser felices.
Pero el deseo no es suficiente. Debemos seguir y buscar a Dios por sí mismo. El
anticipo del verdadero y gran día de la fiesta, a mucha gente le encantaría tenerlo
y se quejan de que no se les da. Cuando en la oración, no experimentan, en las
profundidades de sí mismos, un día de fiesta y no sienten la presencia de Dios, les
duele. Rezan menos y lo hacen con mal humor, diciendo que no sienten a Dios y
que esta es la razón por la que la acción y la oración les contraría. Eso es lo que el
hombre nunca debe hacer. Nunca debemos hacer cualquier trabajo con tibieza,
porque Dios está siempre presente, incluso si no lo sentimos, porque Él ha entrado
secretamente en la fiesta.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”