EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 16,9-15.
Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció
primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios.
Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y
lloraban.
Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.
Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un
poblado.
Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.
En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su
incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto
resucitado.
Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la
creación.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Juan-Pablo II
Carta Apostólica « Novo millennio ineunte », § 58
" Id al mundo entero. Proclmad la Buena Noticia a toda la creación"
Duc in altum! « ¡Rema mar a dentro! » (Lc 5,4) ¡Caminemos con esperanza! Un
nuevo milenio se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que
aventurarse, contando con la ayuda de Cristo. El Hijo de Dios, que se encarnó hace
dos mil años por amor al hombre, realiza también hoy su obra. Hemos de aguzar la
vista para verla y, sobre todo, tener un gran corazón para convertirnos nosotros
mismos en sus instrumentos. ¿No ha sido quizás para tomar contacto con este
manantial vivo de nuestra esperanza, por lo que hemos celebrado el Año jubilar? El
Cristo contemplado y amado ahora nos invita una vez más a ponernos en camino: «
Id pues y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo » (Mt 28,19). El mandato misionero nos introduce en
el tercer milenio invitándonos a tener el mismo entusiasmo de los cristianos de los
primeros tiempos. Para ello podemos contar con la fuerza del mismo Espíritu, que
fue enviado en Pentecostés y que nos empuja hoy a partir animados por la
esperanza « que no defrauda » (Rm 5,5).
Nuestra andadura, al principio de este nuevo siglo, debe hacerse más rápida al
recorrer los senderos del mundo. Los caminos, por los que cada uno de nosotros y
cada una de nuestras Iglesias caminan, son muchos, pero no hay distancias entre
quienes están unidos por la única comunión, la comunión que cada día se nutre de
la mesa del Pan eucarístico y de la Palabra de vida. Cada domingo Cristo resucitado
nos convoca de nuevo como en el Cenáculo, donde al atardecer del día « primero
de la semana » (Jn 20,19) se presentó a los suyos para « exhalar » sobre de ellos
el don vivificante del Espíritu e iniciarlos en la gran aventura de la evangelización.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”