XIII DOMINGO ORDINARIO - A
Evangelio: Mat 10,37-42 - Sentido sobrenatural en la vida
Las exigencias del Evangelio son claras y contundentes. Hay que amar a
Dios por encima de los padres, los familiares, los amigos, y por supuesto por
encima del dinero, del poder, o en general de los bienes puramente materiales.
No es que se trate de valores opuestos. Pero si algo hay primero en
nuestra vida es amar a Dios, con todas las fuerzas y con todo el corazón. Y al
vivir rectamente el amor a Dios, esto exige amar también todas las realidades
humanas y materiales, buenas y honestas. Y de esta manera, la familia, los
amigos … el dinero … el placer, etc. adquieren su auténtico valor y dimensión,
porque los amamos bajo la mirada de Dios y con su ayuda, en una palabra: por
amor de Dios y del prójimo.
_______________________________________________________
Señor, Jesús, que nos enseñas a valorar la vida y todas las
realidades humanas: sociales, culturales y familiares que la componen.
Gracias por tus enseñanzas, tan iluminadoras en la teoría y en la práctica.
Quiero, Señor, amar la vida, gozar y disfrutar de ella en todas sus
posibilidades: trabajo, familia, amistades, diversiones …, pero que nunca
olvide
dónde está la verdadera alegría y cómo se consigue ser feliz en la vida.
Que nunca me falte la fe, y por tanto el sentido sobrenatural de mi
existencia. Que sepa actuar siempre por motivaciones sobrenaturales.
Que el amor de Dios dirija todas mis obras en la convivencia familiar y
social.
Que realmente sepa santificarme en mi vida ordinaria,
y a través de ella ser apóstol, alabándote y glorificándote
como la más perfecta criatura y el mejor hijo de Dios.
Sé, Señor, que a veces no es fácil amarte de verdad, y por eso me
adviertes que: “quien no coge su cruz cada día y me sigue, no es digno
de Mí”.
Pero también es verdad que a veces los humanos
nos inventamos cruces que no son tales, o no debieran serlo,
si caminamos a Tu lado y con Tu ayuda.
Por eso, Señor, te pido que sepa llevar la cruz de cada día con
alegría,
con generosidad, y con garbo humano y sobrenatural.
También te pido por los que realmente soportan cruces
como la enfermedad, la violencia, el desprecio, la pobreza, etc.
para que no se olviden de tu Cruz y tu Resurrección.
Por último te encomiendo a los cristianos que no saben llevar
la cruz de cada día por falta de fe y de sentido sobrenatural, para que
sepan ahondar en las raíces y fuentes del verdadero cristianismo
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez