XXVII DOMINGO ORDINARIO – A
Evangelio: Mat 21,33-43 - Trabajadores infieles
Parábola de los viñadores infieles. Parábola del amor paternal de Dios y de
la infidelidad e ingratitud de algunas personas –hijos de Dios– que no solo son
desagradecidos e irresponsables, sino que destruyen los bienes que reciben de
Dios y los utilizan para enfrentarse al dueño de la viña –Dios- hiriéndole en lo
más preciado de su vida: su propio hijo.
¿Qué hará este hombre bueno, Dios, nuestro Padre, con los “labradores”
infieles, con nosotros los seres humanos, cobardes y pecadores, desagradecidos
y egoístas?
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Con palabras duras, Señor, nos instruyes hoy sobre algunas
virtudes humanas, que están en la base de la auténtica religiosidad:
la honradez, la responsabilidad, el agradecimiento, la laboriosidad.
Tú pones, Señor, en nuestras manos,
con mimo y total confianza, tantas posibilidades de trabajar,
de convivir, de disfrutar en la “viña” de la vida.
Pero muchas veces, holgazanes y desagradecidos, alocados
y amargados, preferimos la comodidad egoísta, la diversión placentera,
la riqueza fácil, el egoísmo cerrado y maloliente de nuestro
individualismo.
Incluso despreciamos tus sobreabundantes ayudas, porque pensamos
–equivocadamente– que nos arrebatan la miseria de nuestra pequeñez.
No queremos escuchar a tus ministros, pues remueven nuestra pereza,
y avivan nuestros remordimientos egoístas y soberbios.
No quiero, Señor, oir tu respuesta a nuestra indignidad.
Al contrario, quiero alimentar mi humildad y confianza,
foguear mi responsabilidad y generosidad, en este trato contigo en la
oración.
Que nunca falte a la cita de mi rato de oración diaria,
para que siempre me mantenga como el trabajador,
vigilante y laborioso, responsable y productivo.
Quiero apoyarme en Ti, roca fuerte y segura, que,
aunque desechadapor algunos, eres la única que das solidez y eficacia
a la empresa del mundo, y la única sobre la que merece la pena edificar.
Sabes, Señor, de mis deseos de santidad y apostolado,
pero me veo débil y poca cosa para la gran empresa
de la evangelización en el mundo actual.
Que siempre confíe en Ti y en tu amor y sobre esta roca
edifique mi santidad y mis trabajos apostólicos.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez