XXXI DOMINGO ORDINARIO – A
Evangelio: Mat 23,1-12 - Servidor de todos
En su condición de Maestro y Profeta, que sirve al pueblo con honestidad,
Jesús cumple su misión con gran valentía y claridad, para que todos le entiendan
y mejor puedan aceptarle y seguirle.
Jesús critica abiertamente el comportamiento de los rabinos y sacerdotes,
“de los letrados y fariseos” diciendo: “haced y cumplid lo que os digan, pero no
hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen”.
Y después de la crítica negativa, viene la luz esplendorosa del consejo y
la palabra animante y comprometedora: “El primero entre vosotros, será vuestro
servidor”.
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Señor, que tan claramente nos criticas el mal comportamiento,
y tan esperanzadamente nos propones y animas a seguirte
en el servicio humilde y desinteresado a los demás. ¡Gracias, Señor,
por esta manera de juzgar y criticar, de animar y estimular al bien y a la
caridad!.
Es verdad que te diriges principalmente a los que tienen por obligación
orientar al pueblo y servirle con el oficio profético y ministerial.
Pero todos hemos de ser servidores de los demás,
y maestros de quienes nos rodean o dependen de nosotros.
Por eso acojo tus palabras críticas y cariñosas, inquietantes y
animadoras,
pues quiero ser seguidor tuyo y apóstol para los demás con mis palabras
y mis consejos, y sobre todo con mi ejemplo y mi testimonio de cristiano
verdadero.
También te pido, Señor, con toda confianza y cariño,
por los catequistas y sacerdotes, por los predicadores y misioneros.
Que merezcan el respeto y cariño, la acogida y el seguimiento,
sobre todo por su santidad de vida y su testimonio profesional y
apostólico.
Que sean conscientes de la necesidad de ser más que predicadores,
santos;
más que maestros, testigos alegres y enamorados de tu persona y de tu
mensaje.
También los cristianos “de a pie” necesitamos escuchar estas
palabras,
saborearlas en la oración y hacerlas propias en la vida de cada día.
Por esto te pido, Señor, que me muestre siempre como hermano de
todos,
para que mejor ejerza “mi magisterio de padre, y de jefe”, de quienes me
rodean.
Que busque ser grande en ayudar desde la humildad y la sencillez
de vida.
Que busque, sobre todo, más que mandar, servir;
y mas que dirigir, ayudar; y más que aleccionar,
testimoniar tu amor y gracia, como Tu nos has enseñado.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez