Vivir la Eucaristía en la caridad.
09/05/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 6, 22-29
Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil
hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la
multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había
más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos,
sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades
al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni
sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a
Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste
acá?» Jesús les contestó: «Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por
haber visto señales milagrosas, sino por haber comido de aquellos panes hasta
saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura
para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios
lo ha marcado con su sello».
Ellos le dijeron: «¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de Dios?»
Respondió Jesús: «La obra de Dios consiste en que crean en Aquel a quien Él ha
enviado». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor y Dios mío, permíteme que te busque en la oración, además de para pedirte
«cosas» o buscar «soluciones», para encontrarme con tu amor y por amor, con
Aquel a quien Tú has enviado.
Petición
Espíritu Santo inflama mi corazón para amar la voluntad de Dios y dame la fuerza
para poder cumplirla con perfección.
Meditación
En la palabra ‘agape’, se compenetran los significados de Eucaristía y amor. En el
gesto de Jesús que parte el pan, el amor que se comparte ha alcanzado su extrema
radicalidad: Jesús se deja partir como pan vivo. En el pan distribuido reconocemos
el misterio del grano de trigo que muere y así da fruto. Reconocemos la nueva
multiplicación de los panes, que deriva del morir del grano de trigo y continuará
hasta el fin del mundo. Al mismo tiempo vemos que la Eucaristía nunca puede ser
sólo una acción litúrgica. Sólo es completa, si el agape litúrgico se convierte en
amor cotidiano. En el culto cristiano, las dos cosas se transforman en una, el ser
agraciados por el Señor en el acto cultual y el cultivo del amor respecto al prójimo.
Pidamos en esta hora al Señor la gracia de aprender a vivir cada vez mejor el
misterio de la Eucaristía, de manera que comience así la transformación del mundo.
() Señor, Tú nos entregas hoy tu vida, Tú mismo te nos das. Llénanos de tu amor.
Haznos vivir en tu ‘hoy’. Haznos instrumentos de tu paz. Amén (Benedicto XVI, 9
de abril de 2009).
Reflexión apostólica
«La experiencia del amor de Dios está en el centro de la vida cristiana. Sólo en el
amor de Dios pueden anclar todas las realidades del hombre, dando sentido y
confianza a su vivir. El amor de Dios es el punto de arranque y la única motivación
válida para que el hombre pueda perseverar hasta el fin en su vocación cristiana»
(Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi, n. 72).
Propósito
Cultivar el amor al prójimo por medio del servicio, de la estima sincera de los otros,
del hablar bien de los demás, etc.
Diálogo con Cristo
Jesús, ¡qué a gusto estoy contigo! Sé que nada puede turbar mi corazón porque
siempre estás a mi lado. Pueden venir momentos de dificultad, problemas, lo que
sea y Tú estás ahí. Gracias por ser ese amigo, esa mano que me alienta cada vez
que siento que caigo. Concédeme en este día mostrarte, con obras de caridad, mi
cariño y mi agradecimiento.
«Él vive en el Sagrario esperando los consuelos que sus almas quieran ofrecerle.
Parece incomprensible que Él, que todo lo posee y nada necesita de nosotros, esté
mendigando nuestro amor. No defrauden sus esperanzas»
( Cristo al centro , n.64).