V Domingo de Pascua, Ciclo B
P. Félix Jiménez Tutor, escolapio
Escritura:
Hechos de los Apóstoles 9, 26-31; 1 Juan 3,
18-24; Juan 15, 1-8
EVANGELIO
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: -Yo soy la verdadera vid y mi Padre es
el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y al que da fruto lo
poda para que dé más fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he
hablado; permaneced en mi y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar
fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en
mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da
fruto abundante; porque sin mi no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí,
lo tiran fuera , como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al
fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que
deseéis, y se realizará.
HOMILÍA
Un misionero en África tenía una planta eléctrica que iluminaba la iglesia y su
pequeña casa. Un día le hicieron una visita unos hombres de unos campos lejanos.
Uno de ellos se fijó en la bombilla que colgaba del techo de la sala. Cual no fue su
sorpresa cuando el cura le dio al interruptor y la bombilla se encendió.
Uno de los visitantes le pidió una bombilla y pensando que la quería como adorno o
Juguete le dio una bombilla fundida.
En una de sus visitas a los poblados el misionero entró en la choza del que le había
pedido la bombilla y la vio colgada de una cuerda cualquiera.
El misionero tuvo que explicarle que para que diera luz necesitaba una planta, unos
cables, una conexión y una bombilla nueva.
Hoy, nos visita el misionero Jesús en nuestra pequeña casa del Pilar y nos dice: "No
pueden producir frutos si no permanecen en mi".
¿De qué sirve tener una bombilla colgada del techo si no está conectada?
¿De qué sirve tener una Biblia si uno no está conectada al que es la Palabra viva de
Dios?
¿De qué sirve llevar el nombre de cristiano si uno no está conectado al Cristo que
me da el nombre?
¿De qué sirve la hermosura del culto si no damos frutos?
El misionero Jesús nos recuerda, hoy, a todos nosotros: "sin mi no pueden hacer
nada".
La vida cristiana, la vida del cristiano, sólo tiene plenitud y sentido si está
conectada a Cristo.
Podríamos decir que Jesús es la planta eléctrica y su Padre es el interruptor para
que se haga la luz en su casa y para que cada uno de nosotros seamos bombillas
que lucen y alumbran. Pero tenemos que estar conectados.
Son muchos los que están desconectados. Son muchos los que quieren brillar por si
mismos. Muchos los que hacen sus cosas, muchos los que entienden la religión a su
manera, muchos los que se conectan con Dios sólo para mendigar en los tiempos
difíciles…
El misionero Jesús nos invita a todos, hoy, a vivir conectados a la planta eléctrica y
a botar la bombilla quemada, a vivir una vida centrada en Cristo.
"Yo soy la vid verdadera y mi Padre el viñador. Si alguna de mis ramas no produce
fruto, él la corta, y limpia toda rama que produce frutos para que dé más".
¡Qué hermosa imagen en los labios de Jesús!
El es la vid verdadera, nosotros somos también parte de esta viña en la medida en
que permanecemos unidos a Jesús.
Nosotros, los bautizados en Cristo, somos ramas o extensiones que llevamos la
savia de Cristo a los hermanos.
Nosotros, los injertados en Cristo, por el bautismo somos signos visibles de la
presencia salvadora de Cristo en el mundo.
Nosotros, los que nos alimentamos del cuerpo y la sangre de Cristo, reconocemos
que él es la fuente de nuestra energía y de nuestro vivir.
Nosotros, viña del Pilar, tenemos que ser podados por el jardinero, por Dios.
Podar duele. Dejarse podar, aunque operación dolorosa, es necesario para poder
dar fruto. Podar es cortar todo aquello que nos distrae y aleja de nuestro fin. Podar
es cortar ramas muy hermosas pero que nunca darán ningún fruto. Todos tenemos
repugnancia a la poda, prescindir de lo frívolo e inútil.
Estas pilas están muertas. Tíralas. Pero hay pilas que son recargables. Nosotros
somos pilas recargables. Recargables, si conectadas a Cristo. Recargables, si
podados por Cristo. Recargables, con la energía, el poder, el amor y el espíritu de
Cristo.
Yo estoy aquí, no para cumplir con un deber, sino para dejarme recargar y llenar
con el amor de Dios. ¿Y ustedes?
Y así como una batería recargada da luz y pone en movimiento un coche, así
también una vida cristiana recargada con el amor de Dios tiene que producir el vino
nuevo del evangelio, los frutos del amor, de la fe y de la esperanza.
Ser discípulo de Jesús es dar los frutos de Jesús.
El joven rico del evangelio guardaba la ley…pero no dio frutos.
El sacerdote y el levita guardaron la ley…pero no dieron frutos.
La higuera hermosa del camino fue maldecida por Jesús porque no tenía frutos.
No se dejaron podar por Dios. Nunca fueron parte de la viña de Jesús ¿Quiere ser
discípulo de Jesús? Permanezca conectado con Él. ¿Quiere dar frutos de vida y
amor? Déjese podar poco a poco, día tras día, por Dios, su viñador.
"La gloria del Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como
discípulos míos".
La gloria de Dios no es el éxtasis de las cámaras de televisión, no es el lujo y el
brillo del oro, no es la gloria pasajera de los hombres.
La gloria de Dios es dar frutos de amor, es Jesucristo muerto y resucitado y que
dice prefiero morir a dejar de amar a mis ovejas.
Padre Félix Jiménez Tutor, Sch.P