IV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo B
P. Félix Jiménez Tutor, escolapio
Escritura:
Deuteronomio 18, 15-20; 1 Corintios 7, 32-35;
Marcos 1, 21-28
EVANGELIO
Llegó Jesús a Cafarnaúm y, cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar,
se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados,
sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un
espíritu inmundo, y se puso a gritar: -¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?
¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quien eres: el Santo de Dios.
Jesús lo increpó: -Cállate y sal de él.
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte salió. Todos se
preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.
Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de
Galilea.
HOMILÍA
1. Hay un periodista que viaja habitualmente a un pueblo de África y disfruta
enterándose de las pequeñas cosas que suceden en la vida de las gentes del
poblado.
En una de sus visitas descubrió un montón de televisores almacenados en una
choza a las afueras del pueblo. Desconcertado, todos estaban aún sin estrenar, se
fue a conversar con el jefe del pueblo.
¿Por qué la gente del pueblo no ve la televisión?, le preguntó. Y el jefe del pueblo le
contestó: "Nosotros tenemos nuestro propio contador de historias."
Eso está muy bien pero la televisión puede contarles miles de historias, le dijo el
periodista.
"Es verdad, le dijo el jefe, pero nuestro contador de historias nos conoce a cada
uno de nosotros".
Esta es la clave "nuestro contador de historias nos conoce". Así puede contarles no
la historia que desearían oír, sino la que necesitan cada día. Puede darles la mejor
medicina para el sufrimiento y el mejor consejo para cada decisión que han de
tomar.
¿Es la televisión nuestro único contador de historias? Para muchos,
desgraciadamente, es el único.
Para nosotros los que nos reunimos aquí los domingos, tenemos otro contador de
historias, otro maestro, otro médico.
Jesús es nuestro contador de historias. Nos conoce. Tiene autoridad. Nos ama. Está
siempre disponible. Viene a nuestra iglesia y nos enseña.
En la historia de hoy vemos a Jesús en la sinagoga enseñando con autoridad y
actuando con poder.
Había mucha gente en la iglesia aquella mañana. Nadie sabía que uno de ellos
albergaba un espíritu malo. Pero Jesús que los conocía a todos, sabía que uno de
ellos necesitaba sanación. Reprendió al espíritu malo y le dijo: "Cállate. Sal de él".
Todos se quedaron boquiabiertos y se preguntaban: ¿Qué es esto? La gente reunida
en la iglesia no entendían ni palabra y seguían preguntándose: "Qué es esto?
Cuando Jesús es nuestro contador de historias, Dios se hace presente y Dios
trabaja con poder.
Supongan que yo digo hoy: aquí y ahora, en medio de nosotros, hay una persona
que alberga un espíritu malo, tiene el demonio en su corazón. No, no tengan
miedo. Yo no puedo escanear sus corazones pero sí puedo hacerlo con el mío y sé
lo que hay en él.
Sólo Jesús conoce los espíritus oscuros que hay en sus corazones. Llámenlos:
avaricia, odio, indiferencia, pereza, lujuria, crítica... Sí muchos oscuros espíritus
viven dentro de nosotros.
Jesús nos dice: Cállate. Sal fuera. Estoy aquí para sanarte, para liberarte. Tengo
autoridad y poder y tú tendrás el mismo poder si vas entrando en una relación cada
vez más profunda con mi Padre y tu Padre.
Invitación a profundizar en nuestra fe a través de la oración y la escucha de nuestro
contador de historias: Jesucristo.
Hay ciertas vocaciones que cada día tienen menos candidatos. La vocación de
sacerdote, contador de la historia de Jesús. La vocación de maestro. Dicen que
Nueva York, en los próximos diez años, tendrá que buscar 50000 maestros.
Para nosotros los cristianos, Jesús es el Maestro. Un Maestro que no sólo habla del
Padre sino que habla como el Padre. Y habla con la autoridad de Dios porque está
en comunión con El. ¿Te gusta sentarte en su escuela y escucharle?
2. Las fuerzas del mal existen. Unas de naturaleza social, otras personales.
Vivimos amenazados por el miedo. El crimen y los robos que hacen que nos
atrincheremos detrás de puertas blindadas; el mundo de la droga que encadena a
la gente; los embarazos adolescentes; la violencia doméstica, el terrorismo, el
racismo... A pesar de los adelantos técnicos, la calidad de vida es deteriorada por
los miedos.
No podemos cerrar los ojos ni escapar de esta realidad. El mal existe bajo mil
ropajes y disfraces. Y la realidad es que no conseguimos derrotar el mal o los
llamados demonios.
Pero el tema del evangelio de hoy pone el acento en la autoridad de Jesús cuando
enseña y vence el mal.
El programa de los Alcohólicos Anónimos consta de 12 pasos. El primer artículo dice
así: Nuestras vidas están fuera de nuestro control. Somos impotentes frente al
alcohol.
El segundo añade: Hay un poder superior que puede ayudarnos plenamente.
Para nosotros religión de los 12 pasos, ese poder superior tiene un nombre:
Jesucristo.
Su mensaje declara: podemos ser liberados y podemos jugar un papel importante
en la expulsión del mal de nuestro mundo y de nuestra vida. Jesús tiene que viajar
a bordo y su autoridad será también nuestra autoridad y su poder será también
nuestro poder. Amén.
Padre Félix Jiménez Tutor, Sch.P