Carta del Obispo de Posadas para el cuarto domingo de Pascua, 15.05.2011.
LA VOCACIÓN DON DE DIOS.
CadaañoenestecuartodomingodePascuarezamosporlasvocaciones“Vocación”quieredecirllamadoyenlavidade
cada varón y mujer hay un llamado a estar en comunión de amorconDiosEnestedomingocelebramosla“Jornada
mundialporlasVocaciones”yoramosespecialmenteporlasvocacionessacerdotalesyconsagradasnualmenteelPapa
nos envía una carta que este año se denomina“ProponerlasvocacionesenlaIglesialocal”
El texto del Evangelio de este domingo (Jn 10, 1-10), nos ayuda a comprender la importancia de orar por las vocaciones
sacerdotales y consagradas, yahondarenestaimagendeJesúscomoBuenPastor“YosoylaPuertaElqueentra por mi
se salvará; podrá entrar y salir y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he
venidoparaquelasovejastenganvidaylatenganenabundancia”(Jn109-10).
El mismo Señor eligió a los Apóstoles de entre los discípulos para que sean sus sacerdotes y apacienten sus ovejas. En este
sentidoesbuenorecordareldiálogoentreJesúsyPedro”SimónhijodeJuanmeamasSeñortúlosabestodotusabes
que te quiero. Entonces Jesús le dijo, apacienta misovejas”(Jn2117)
Hoy también seguimos necesitando que haya jóvenes que quieran donar sus vidas a Dios y a sus hermanos, respondiendo al
llamado que Dios les hace a la vida sacerdotal o consagrada.
Si bien estas vocaciones específicas como el sacerdocio o la vida consagrada siempre han revelado más intensamente la
presenciadeDioshoysonespecialmentenecesariasSonunsignoorientadorparauna“sociedad”excesivamente
materialista y pragmática. En definitiva la solución a un tiempo marcado por distintas crisis, no pasa por el solo aumento de
“tecnologíadeavanzada”ola“credibilidaddelosmercados”sinoenlamultiplicacióndegente“creíble”quequieravivir
una mayor comunión con Dios y considere a cada hombre su hermano, generando una cultura más solidaria.
ElPapaBenedictoXVIenelmensajequenosenvíaparaestajornadamundialdeoraciónporlasvocacionesnosdice“El
arte de promover y de cuidar las vocaciones encuentra un luminoso punto de referencia en las páginas del Evangelio en las
que Jesús llamó a sus discípulos a seguirle y los educa con amor y esmero. El modo en que Jesús llamó a sus más estrechos
colaboradores para anunciar el Reino de Dios ha de ser objeto particular de nuestra atención (Lc 10, 9). En primer lugar,
aparece claramentequeelprimeractohasidolaoraciónporellos“antesdellamarlosJesúspasólanocheasolasen
oración y en la escucha de la voluntad del Padre (Lc 6, 12), en una elevación interior por encima de las cosas ordinarias. La
vocación de los discípulos nace precisamente en el coloquio íntimo de Jesús con el Padre. Las vocaciones al ministerio
sacerdotal y a la vida consagrada son primordialmente fruto de un constante contacto con el Dios vivo y de una insistente
oraciónqueseelevaal“Señordelamies”tantoenlascomunidadesparroquialescomoenlasfamiliascristianasyenlos
cenáculos vocacionalesLapropuestaqueJesúshaceaquienesdice“Sígueme”esarduayexultantelosinvitaaentraren
su amistad, a escuchar de cerca su Palabra y a vivir con Él; les enseña la entrega total a Dios y a la difusión de su Reino
segúnlaleydelEvangelio“Sielgranodetrigonocaeentierraymuerequedainfecundoperosimueredamucho
fruto”(Jn1224)losinvitaasalirdelapropiavoluntad cerrada en sí misma, de su idea de autorrealización para sumergirse
en otra voluntad, la de Dios, y dejarse guiar por ella; les hace vivir una fraternidad, que nace de esta disponibilidad total a
Dios (Mt 12, 49-50) y que llega a ser el rasgo distintivodelacomunidaddeJesús“Laseñalporlaqueconocerán que sois
discípulosmíosseráqueseamanunosaotros”(Jn1335)
Este domingo vocacional es una oportunidad para que cada uno de los sacerdotes y consagrados, demos gracias a Dios por
nuestro llamadoDesdeyaqueningunosomosdignosdeestemaravilloso“don” de Dios. Don que es fruto de Su Amor.
Como toda vocación cruces no faltan, pero Dios es providente y nos acompaña con predilección, para que nuestra vida esté
cargada de sentido.
Al finalizar esta reflexión en la Jornada por las Vocaciones, quiero pedir a todas las comunidades que intensifiquen la
oraciónporlasvocacionesyalosjóvenesyalasjóvenesquevivanafondosu“vocacióncristiana”, y si Dios los llama al
sacerdocio o a la vida consagrada, no se achiquen que Dios no abandona.
Un saludo cercano y hasta el próximo domingo. Mons. Juan R. Martínez.