Escuchar y seguir la voz de Cristo.
17/05/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo.
Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces
lo rodearon los judíos y le preguntaron: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en
suspenso? Si Tú eres el Mesías, dínoslo claramente».
Jesús les respondió: «Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en
nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son
de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les
doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las
ha dado mi Padre, y Él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano
del Padre. El Padre y Yo somos uno». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor mío, aquí estoy para meditar tu Palabra, que es espíritu y vida. Tú me
conoces y sabes que muchas veces pongo mi confianza en las voces del mundo, por
eso te suplico que purifiques mis intenciones para permanecer siempre en tu amor.
Petición
Jesús, te pido una fe obediente y dócil para reconocer siempre tu Palabra.
Meditación
«¿Cómo se puede reconocer la llamada de Dios? Y bien, el secreto de la vocación
está en la capacidad y en la alegría de distinguir, escuchar y seguir su voz. Pero
para hacer esto, es necesario acostumbrar nuestro corazón a reconocer al Señor, a
sentirle como una Persona que está cerca de mí y me ama. () Es importante
aprender a vivir momentos de silencio interior en el día a día para ser capaces de
escuchar la voz del Señor. Estad seguros de que si uno aprende a escuchar esta
voz y a seguirla con generosidad, no tiene miedo de nada, sabe y siente que Dios
está con él, con ella, que es Amigo, Padre y Hermano. Dicho en una palabra: el
secreto de la vocación está en la relación con Dios, en la oración que crece
precisamente en el silencio interior, en la capacidad de escuchar que Dios está
cerca. Y esto es verdad tanto antes de la decisión, en el momento, () como
después, si se quiere ser fieles. () Queridos jóvenes: encontrad siempre un
espacio () para Dios, ¡para escucharle y hablarle! (Benedicto XVI, 4 de julio de
2010).
Reflexión apostólica
«La santidad es la meta y, al mismo tiempo, la realidad más bella y apasionante de
la vida cristiana. Más allá de todo falso misticismo, la verdadera santidad consiste
en la unión habitual con Dios en las circunstancias ordinarias de la vida mediante la
participación en la vida de gracia y la vivencia generosa y fiel de su voluntad. Y
puesto que su voluntad se resume en el precepto del amor, ser santo es vivir en el
amor y para el amor» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n.
273).
Propósito
Seguir el consejo del Papa: encontrar cada día un momento para escuchar a Dios y
hablarle.
Diálogo con Cristo
Jesús quiero seguirte, serte fiel y ser dócil tu llamado. Sin embargo, me doy cuenta
que fallo en las cosas pequeñas de mi vida cotidiana. Dame las fuerzas para
comenzar cada día de nuevo, sin desanimarme, sabiendo que contigo puedo vivir
en el amor y para el amor.
A la oración no hemos de ir a platicar con un Cristo “idea”, sino con un Cristo vivo,
presente, que nos escucha, que nos ayuda y levanta. De cada oración hemos de
salir fortalecidos. Sólo así lograremos ser fieles durante el día»
( Cristo al centro , n. 1725).