Seguir a Cristo por el camino de la cruz.
20/05/2011
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No pierdan la paz. Si creen en Dios,
crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera
así, Yo se los habría dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando
me vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde Yo
esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino para llegar al lugar a donde
voy».
Entonces Tomás le dijo: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el
camino?» Jesús le respondió: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al
Padre si no es por mí». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, gracias por ser mi camino, mi verdad y mi vida. Quiero encontrar en Ti mi
paz, dame tu luz y tu gracia para poder renovarme interiormente en esta
meditación.
Petición
Señor Jesús, llévame contigo, concédeme vivir siempre unido a Ti.
Meditación
«Este entregarse, que en realidad es la esencia del amor, es idéntico a la cruz. En
efecto, la cruz no es más que esta ley fundamental del grano de trigo que muere, la
ley fundamental del amor: que nosotros sólo llegamos a ser nosotros mismos
cuando nos entregamos. Sin embargo, el Señor añade que este entregarse, este
aceptar la cruz, este alejarse de sí mismos, es estar con Él, pues nosotros, yendo
en pos de Él y siguiendo el camino del grano de trigo, encontramos el camino del
amor, que en un primer momento parece un camino de tribulación y de
sufrimiento, pero precisamente por eso es el camino de la salvación.
El seguimiento, el estar con Él, que es el camino, la verdad y la vida, forma parte
del camino de la cruz, que es el camino del amor, del perderse y del entregarse.
Este concepto incluye también el hecho de que este seguimiento se realiza en el
‘nosotros’, que ninguno de nosotros tiene su propio Cristo, su propio Jesús, sino
que sólo lo podemos seguir si caminamos todos juntos con Él» (Benedicto XVI, 14
de marzo de 2010).
Reflexión apostólica
«No sólo las diversas circunstancias de la vida son susceptibles de convertirse en
camino de santidad; también el ejercicio de los diversos trabajos y profesiones es
para el cristiano un medio ordinario de crecimiento interior, permitiéndole
acrecentar su amor a Dios y al prójimo y contribuir al perfeccionamiento de la
creación divina» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 297).
Propósito
Para hacer de Cristo mi camino, mi verdad y mi vida, pensaré en el ejemplo de
Jesús y trataré de imitarlo.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, tu gracia es lo que me hace continuar el camino que me señalas y me
permite crecer en la caridad evangélica. Ayúdame a merecer la habitación que con
tanto amor me has preparado, para ello estoy dispuesto a dejar todo lo que me
pueda apartar de la verdad y de la vida de gracia.
«Para el corazón que ha experimentado el amor de Cristo, sólo hay un camino en
relación con los demás: el de la mansedumbre y la bondad, el del servicio y la
abnegación, el de la comprensión y el perdón; en una palabra, el camino de la
caridad evangélica»
( Cristo al centro , n. 329).