EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Viernes de la IV Semana de Pascua A
Libro de los Hechos de los Apóstoles 13,26-33.
Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de
Abraham y los que temen a Dios.
En efecto, la gente de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, ni entendieron
las palabras de los profetas que se leen cada sábado, pero las cumplieron sin
saberlo, condenando a Jesús.
Aunque no encontraron nada en él que mereciera la muerte, pidieron a Pilato que lo
condenara.
Después de cumplir todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del patíbulo y lo
pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos
y durante un tiempo se apareció a los que habían subido con él de Galilea a
Jerusalén, los mismos que ahora son sus testigos delante del pueblo.
Y nosotros les anunciamos a ustedes esta Buena Noticia: la promesa que Dios hizo
a nuestros padres,
fue cumplida por él en favor de sus hijos, que somos nosotros, resucitando a Jesús,
como está escrito en el Salmo segundo: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.
Evangelio según San Juan 14,1-6.
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho
a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos
conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el
camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino
por mí.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Buenaventura (1221-1274), franciscano, doctor de la iglesia
El itinerario de la mente hacia Dios, VII, 1-2,4,6 (cf. breviario)
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»
Acerquémonos apresuradamente a nuestro Redentor Jesús. Unámonos a la
asamblea de los santos, a la reunión de los justos. Nos acercamos a nuestros
hermanos, a los que nos instruyeron en la fe... El Señor será la luz de todos y esta
«luz verdadera que alumbra a todo hombre» ((Jn 1,9) brillará para todos. Iremos a
donde Nuestro Señor Jesucristo ha preparado una morada para sus siervos para
que donde él está estemos también nosotros. Ésta es su voluntad... Nos comunica
su deseo: «Volveré y os llevaré conmigo, para que podáis estar donde voy a estar
yo.» (Jn 14,2-3)...
Nos ha mostrado el lugar y el camino cuando dice: «Vosotros ya sabéis el
camino para ir adonde yo voy.» (Jn 14,4) El lugar es estar junto al Padre; el camino
es Cristo, como él mismo dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al
Padre sino por mí.» (Jn 14,6) Entremos en este camino, unámonos a la verdad,
sigamos la vida. El camino es el que nos conduce, la verdad la que nos asegura, la
vida es que se nos da él mismo. Y para que comprendamos bien lo que él quiere,
añade más adelante: «Padre, yo deseo que todos estos que tú me has dado puedan
estar conmigo donde esté yo, para que contemplen la gloria que me has dado,
porque tú me amaste antes de la creación del mundo.» (Jn 17,24)
Te seguimos, Señor Jesús. Pero, para que te sigamos ¡llámanos porque sin ti,
nadie llega hasta ti! Tú eres el camino, la verdad y la vida. Tú eres nuestro auxilio,
nuestra fe, nuestra recompensa. ¡Acoge a los que te pertenecen, tú que eres el
camino; fortifícalos, tú que eres la verdad; vivifícalos, tú que eres la vida!
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”