EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 14,1-12.
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho
a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos
conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el
camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino
por mí.
Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen
y lo han visto".
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta".
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no
me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al
Padre'?
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que
digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las
obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún
mayores, porque yo me voy al Padre.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Beato Juan Pablo II
Encíclica "Dives in misericordia" §2 (trad. © Libreria Editrice Vaticana rev.)
"Quien me ve a mí, ve al Padre"
Dios, que «habita una luz inaccesible» (1 Tm 6,16), habla a la vez al hombre
con el lenguaje de todo el cosmos: «en efecto, desde la creación del mundo, lo
invisible de Dios, su eterno poder y divinidad, son conocidos mediante las obras»
(Rm 1,20). Este conocimiento indirecto e imperfecto... no es aún «visión del
Padre». «A Dios nadie lo ha visto», escribe San Juan para dar mayor relieve a la
verdad, según la cual «precisamente el Hijo unigénito que está en el seno del
Padre, ése le ha dado a conocer» (Jn 1,18).
Esta revelación manifiesta a Dios en el insondable misterio de su ser —uno y
trino— rodeado de «luz inaccesible». No obstante, mediante esta revelación de
Cristo conocemos a Dios, sobre todo en su relación de amor hacia el hombre: en su
«filantropía» (cf Tt 3,4). Es justamente ahí donde «sus perfecciones invisibles» se
hacen de modo especial «visibles», incomparablemente más visibles que a través
de todas las demás «obras realizadas por él»: tales perfecciones se hacen visibles
en Cristo y por Cristo, a través de sus acciones y palabras y, finalmente, mediante
su muerte en la cruz y su resurrección. De este modo en Cristo y por Cristo, se
hace también particularmente visible Dios en su misericordia.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”