EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Juan 14,21-26.
El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me
ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él".
Judas -no el Iscariote- le dijo: "Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no
al mundo?".
Jesús le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará;
iremos a él y habitaremos en él.
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es
mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les
enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Gregorio Magno (v. 540-604), Papa y doctor de la Iglesia
Homilías sobre los evangelios, n° 30
«Te seguiremos siempre.»
«Mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada».
Pensad en ello, hermanos muy amados, ¡Qué fiesta recibir a Dios en la morada de
nuestro corazón! Si un amigo rico y poderoso quisiera entrar en tu casa,
obviamente, limpiarías toda la casa, para que nada le molestara al entrar. Lo
mismo quien prepara para Dios la morada de su alma, limpia la suciedad de sus
malas acciones.
Fíjate bien lo que dice la Verdad: "vendremos y haremos en su casa nuestra
morada». Porque Dios puede pasar por el corazón de algunos sin hacer su casa.
Cuando tienen remordimientos, ven bien la mirada de Dios; pero cuando viene la
tentación, olvidan el propósito de su anterior arrepentimiento y caen en sus
pecados, como si nunca los hubieran llorado. Por el contrario, en el corazón de
quien verdaderamente ama a Dios, que observa sus mandamientos, el Señor viene
y hace su casa, porque el amor de Dios le llena tanto que no se aparta de este
amor en el momento de la tentación. Por lo tanto aquel cuya alma no acepta ser
dominada por un mal placer, ama verdaderamente a Dios... de aquí esta precisión:
"Aquellos que no me aman, no guardan mis palabras". Examinaros
cuidadosamente, queridos hermanos; Preguntaros si realmente amais a Dios. Pero
no os fiéis de la respuesta de vuestro corazón sin compararlo con vuestras
acciones.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”