Jesús envía a los Apóstoles a evangelizar el mundo
Apuntes de +Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia,
para la homilía de la Ascensión del Señor (Mt 28,16-20), (05-06-2011 ).
I. “Algunos discípulos todavía dudaron”
1. En la solemnidad de la Ascensión del Señor, este año se
lee el párrafo conclusivo del Evangelio según Mateo. Se
trata de la única aparición de Jesús resucitado a los
discípulos que trae el evangelista. En la Vigilia Pascual
escuchamos el aviso que Jesús les trasmite por medio de las
mujeres: “Avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí
me verán” (Mt 28,10). Y allá van. ¿Con que sentimientos lo
hacen? Mateo nos dice que “al verlo se postraron delante de
él; sin embargo algunos todavía dudaron” (v. 17). La
afirmación concuerda con los demás Evangelios. Los
apóstoles no están predispuestos a aceptar la resurrección.
Y no simpatizan recibir el mensaje de parte de las mujeres.
2. La observación del evangelista no es insignificante.
Entraña un doble mensaje, válido para todos los tiempos.
Primero: los pastores, que tratamos las cosas sagradas, no
estamos libres de tener una fe incipiente, inmadura, llena
de dudas. Segundo: en la Iglesia somos todos de igual
dignidad en Cristo, y él puede aleccionar a los pastores a
través del pueblo humilde. ¿No fue acaso Catalina de Siena
la que convenció al Papa Gregorio XI de dejar Avignon y
volver a Roma a cumplir desde allí su misión de pastor
universal? ¿Y, en los tiempos modernos, no fue la Madre
Teresa de Calcuta la gran profetisa de la caridad? Jesús
nos previene de los falsos profetas (cf Mt 7,15.22;
24,11.24), pero no deja de enviar verdaderos profetas a su
Iglesia (cf Mt 23,34).
II. “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra”
3. Jesús, que ayer fue traicionado y abandonado por sus
amigos, escarnecido por los jefes del pueblo, y masacrado
por los romanos, hoy se muestra lleno de gloria: “Yo he
recibido todo poder en el cielo y en la tierra” (Mt 28,18).
Como dice Pedro en su primer sermón a la multitud: “A este
Jesús, Dios lo resucitó… Exaltado por el poder de Dios, él
recibió del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha
comunicado como ustedes ven y oyen” (Hch 2,32-33).
La palabra empleada por Mateo para hablar del poder de
Jesús (“exousía”) difiere de las que emplea la Biblia para
designar el poder de los músculos o de los instrumentos
humanos. Quizá, en vez de decir “ me fue dado poder”,
convendría decir “toda autoridad”. Esta palabra, según la
etimología latina (“augere”), significa la capacidad de
hacer crecer al otro. Así es el poder o autoridad que Jesús
resucitado recibió del Padre: impulsa a la humanidad a
crecer y alcanzar la plenitud querida por Dios.
III. “Vayan,… que todos los pueblos sean mis discípulos”
4. Jesús que, en su ministerio, se movió en los estrechos
límites de Israel, ahora resucitado propone a sus apóstoles
el universo entero como horizonte del Evangelio: “Vayan, y
hagan que todos los pueblos sean mis discípulos” (Mt
20,19). Esta misión ha de ser entendida, en primer lugar,
geográficamente. Todavía hay pueblos que nunca han
escuchado el Evangelio de Jesús. Pero hay que entenderla
hoy, sobre todo, culturalmente. Porque muchos pueblos de
cultura cristiana se han paganizado. Y hay que emprender
una Nueva Evangelización.
IV. La Argentina, país de misión
5. Hace 65 años, el arzobispo de París sorprendió a la
Iglesia con su carta pastoral “Francia, ¿país de misión?”.
Con el andar de los años aquella pregunta se convirtió en
una afirmación. Y es válida no sólo para Francia. Todo
Occidente es hoy tierra de misión.
La Argentina también es país de misión. Un país, donde de
la noche a la mañana, y sin que casi nadie chiste, se
equipara la unión entre los homosexuales con el matrimonio
según la naturaleza dada por Dios al varón y a la mujer,
no puede decirse cristiano. El primer Evangelio es la
naturaleza con que Dios nos crea. Cuando se niega ésta, se
niega todo el Evangelio de Jesús. Y ello, por más que se
vaya a Roma a la beatificación Juan Pablo II o se participe
de un Te Deum.
6. A los católicos argentinos nos cuesta despertar a la
triste realidad del paganismo que impregna la cultura
nacional. Por ello no acertamos a emprender una Nueva
Evangelización. Nos aferramos a afirmaciones preteridas:
“la Argentina católica”, “la de nuestros próceres”. Ponemos
en un mismo saco demostraciones auténticas de piedad
popular y demostraciones espurias. La predicación dominical
no siempre es solaz para los fieles. Los colegios católicos
muchas veces difieren de los colegios laicos sólo por la
mayor disciplina, pero no por la educación en la fe.
V. El próximo Sínodo
7. El Señor, rico en misericordia, siempre nos ofrece una
ocasión para convertirnos. El próximo Sínodo a celebrarse
en octubre de 2012, con el lema “Nueva Evangelización para
la trasmitir la fe cristiana”, es un momento providencial.
Ojala sepamos aprovecharlo. Que contemplando el rostro
luminoso de Cristo, reconozcamos primero la triste
situación de la Iglesia. Y que luego miremos los medios
para evangelizar. Como dice el documento preparatorio: la
Asamblea “tendrá como finalidad examinar la situación
actual en las Iglesias particulares, para implementar
nuevos modos y expresiones de la Buena Noticia”.