COMPARTIENDO EL EVANGELIO
Reflexiones radiales de Monseñor Rubén Oscar Frassia
Domingo 29 de mayo de 2011 – 6º domingo de Pascua
Evangelio según San Juan 14,15-21 (ciclo A)
Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con
ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque
no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con
ustedes y estará en ustedes.
No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes.
Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo
vivo y también ustedes vivirán.
Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y
yo en ustedes.
El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que
me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él".
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD
Cristo reza al Padre para que, el Padre y El, nos envíe el Paráclito, el Espíritu
Santo. Hay que tener en cuenta el ámbito en el que están dichas estas
palabras, ámbito de intimidad, en la Última Cena, donde Cristo sabe que
pronto va a morir, sacrificado, traicionado y que se queda en la Eucaristía, está
dando a los Apóstoles -y en ellos a nosotros-, lo más importante, lo más íntimo:
“si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos” Lo que significa el amor y
cumplir los mandamientos.
Hoy en día, la literatura y las costumbres son tan disolventes, tan negativas,
que pareciera que si uno tiene que cumplir los mandamientos, si uno tiene que
“atarse” a ellos, si uno tiene que seguirla norma y el valor de los
mandamientos, pareciera que es una imposición. Y como hoy nada se debe
“imponer”, no hay que seguirlo; porque es una pálida, es una cosa aburrida,
porque eso es arcaico, porque eso está pasado de moda, porque eso no tiene
actualidad ni vigencia. Sin embargo ¡qué actualidad tiene!, y ¡cuánta vigencia
hay!
El amor no se somete a las ganas. El amor es la voluntad de lo que uno tiene
que obrar, de lo que uno quiere hacer y de lo que uno está dispuesto a
entregar. Por eso, voluntad de amor y no voluntad de ganas; es importante
superar ese nivel de individualismo, de superficialidad, o el infantilismo que
muchas veces podemos tener, para poder vivir en la madurez. Y todos sabemos
muy bien que la madurez no siempre va correlativamente a los años o a las
canas- es vivir y encarnar el espíritu de Dios en cada uno de nosotros
El Espíritu de la Verdad, a quien muchos dicen conocer pero no lo conocen.
Quizás haya personas que digan que el Espíritu permanece en ellos y, a lo
mejor, no está.
Esta súplica, este pedido, de que el Señor venga, que no nos deje huérfanos,
que Él va a estar con nosotros, que nos dice “¡no teman, no tengan miedo!, Yo
estaré con ustedes. Yo vivo y ustedes vivirán. Yo estoy en mi Padre y ustedes
están en mí y yo en ustedes; el que cumple los mandamientos y me ama, será
amado por mi Padre y yo lo amaré y me manifestaré a él”
Les dejo mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén