Viernes 14 de Enero de 2011
Viernes 1ª semana de tiempo ordinario 2011
Hebreos 4,1-5.11
Hermanos: Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar
en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad. También
nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que
oyeron de nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían
escuchado. En efecto, entramos en el descanso los creyentes, de acuerdo con lo
dicho: "He jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso", y eso que sus
obras estaban terminadas desde la creación del mundo. Acerca del día séptimo se
dijo: "Y descansó Dios el día séptimo de todo el trabajo que había hecho." En
nuestro pasaje añade: "No entrarán en mi descanso." Empeñémonos, por tanto, en
entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo de
rebeldía.
Salmo responsorial: 77
R/No olvidéis las acciones de Dios.
Lo que oímos y aprendimos, / lo que nuestros padres nos contaron, / lo
contaremos a la futura generación: / las alabanzas del Señor, su poder. R.
Que surjan y lo cuenten a sus hijos, / para que pongan en Dios su confianza /
y no olviden las acciones de Dios, / sino que guarden sus mandamientos. R.
Para que no imiten a sus padres, / generación rebelde y pertinaz; /
generación de corazón inconstante,/ de espíritu infiel a Dios. R.
Marcos 2,1-12
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en
casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les preponía la
palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el
gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y
descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al
paralítico: "Hijo, tus pecados quedan perdonados."
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por
qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?"
Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es
más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle
"levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del
hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..." Entonces le dijo al
paralítico: "Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa." Se levantó
inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y
daban gloria a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual."
COMENTARIOS
La experiencia de fe se alimenta esencialmente de la vida comunitaria. Este
carácter comunitario de la fe lo vemos claramente en los cuatro hombres que se
esfuerzan por acercar al paralítico a los pies de Jesús, hacen todo lo que está a su
alcance para que el enfermo escuche y sea partícipe de las palabras del Maestro. La
generosidad de estos cuatro hombres, movidos por la fe, es la que logra la
salvación del paralítico. Esta sanación es fuente de controversia con las autoridades
judías, en este caso con los escribas, quienes murmuran al escuchar las palabras de
Jesús, considerándolas como una blasfemia, pues solo Dios perdona los pecados. A
esta reclamación Jesús responde no con más palabras, sino con una acción mayor,
revelando así que Dios está con él y con los marginados: “Levántate, toma tu
camilla y vete a tu casa”. Tomar la camilla y volver a casa significa iniciar una
nueva vida, una vida alejada del pecado y de la muerte; es volver a los brazos de
Dios, es participar activamente del amor y la justicia del Reino. Hoy nos sentimos
llamados a “levantarnos” de nuestros egoísmos e injusticias que nos paralizan, y a
ponernos en el camino de la conversión.
(Extracto de SERVICIOS KOINONÍA)
Juan Alarcón s.j.