En tu nombre Seor…
Martes 18 de Enero de 2011
Martes 2ª semana de tiempo ordinario
Santoral: Beatriz, Prisca, Faustina
Hebreos 6,10-20 La esperanza que se nos ha ofrecido es para nosotros como ancla segura y
firme
Salmo responsorial: 110 El Señor recuerda siempre su alianza.
Marcos 2,23-28 El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado
“Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban
arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está
permitido? Él les respondió: ¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus
hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo
sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes,
y les dio también a sus compañeros. Y añadió: El sábado se hizo para el hombre y no el
hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado"
La ley es necesaria y es para el bien. Pero la ley no puede esclavizar, ni
mucho menos, degradar la dignidad de la persona humana. Por eso, en el texto
bíblico, Jesús usa dos frases muy importantes: El sábado ha sido hecho para
el hombre, y no el hombre para el sábado. Y ¡El Hijo del Hombre es dueño
del sábado!
Esto equivale a decir: el sábado es para el ser humano, y no el ser humano
para el sábado. Jesús sabiendo de la tradición en el respeto por el sábado lo coloca
a favor de la vida, pues la ley existe para el bien de la vida humana, y no lo
contrario. De ahí que el Hijo del hombre es dueño del sábado. Acogiendo a todos
por igual, porque Dios es Padre y ante esto, todos tenemos que ser hermanos.
La ley del sábado debe estar al servicio de la vida y de la fraternidad. Fue por
su fidelidad a este mensaje que Jesús fue preso y condenado a muerte. El
incomodó el sistema, y el sistema se defendió, usando la fuerza contra Jesús, pues
El quería la ley al servicio de la vida, y no lo contrario.
En este día se proclama que lo hermoso de la vida está en su libertad. Una
libertad que no conoce esclavitud. Dios para amarnos nos hizo libres en boca de
San Pablo y por eso, toda norma debe estar en función de hacer al ser humano más
humano. Terminemos afirmando que el ser humano es más importante y sagrado
que cualquier calendario. En este momento la libertad guiada por el amor, es la
única forma y esa, es la que debe regir siempre la vida en una nueva sociedad.
“La peor prisin es un corazn cerrado”
Juan Pablo II (1920-2005) Karol Jósef Wojtyla.
Padre Marcelo.