Comentario al evangelio del Viernes 21 de Enero del 2011
Querido amigo/a:
Dios llama a quien quiere, como quiere y cuando quiere. Tú y yo hemos sido llamados por Él. Jesús
llamó a los que el Padre quiso después de escuchar, orar y conversar con Él en la montaña. Se nos
invita hoy a renovar nuestra vocación. Hemos sido llamados por Dios. Él nos ha elegido y nosotros nos
hemos fiado, le hemos correspondido con nuestro sí. Pero nos sigue llamando, como el “pastor con sus
silbos amorosos”, como bellamente expresa San Juan de la Cruz. La llamada es progresiva, dinámica.
No nos llamó y ya está, sino que nos sigue llamando, porque necesitamos acercarnos más a Él, seguir
creciendo con Él, configurándonos más con Él. Los Doce no lo tuvieron claro desde el primer
momento. Fueron conociendo al Padre en el Hijo, poco a poco, con sus dudas, sus temores, sus
traiciones en Getsemaní… Necesitaron seguir siendo llamados. Dios no se cansa de hacerlo. Por eso
nosotros necesitamos seguir escuchando: ¿Señor qué quieres de mí en esta situación concreta? ¿Cómo
te puedo servir más y mejor? Son las llamadas dentro de la primera llamada que un día irrumpió en
nuestra vida.
Los santos que recordamos en la liturgia, como la mujer de hoy
http://www.churchforum.org/santa-ines-martir.htm , sólo se diferencian de nosotros en que ellos no
dejaron de escuchar las llamadas con las que Dios les atraía. A través de ellas fueron respondiendo a
los retos de su tiempo; no dejaron de buscarle, aún con sus dudas, sus temores y sus traiciones. Dios te
necesita, nos necesita y nos sigue llamando. No detengamos nuestra historia de amor con Él. No
dejemos que nuestro “yo” frene el plan que nuestro Creador tiene pensado con amor para nosotros.
Colaboremos en su divina voluntad con la actitud que diariamente debemos renovar: “aquí estoy Señor
para hacer tu voluntad”. Es nuestra felicidad y la mejor manera de alabar a Dios: dejarle ser el dios de
nuestra vida. Sigue fiándote de Él.
Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf.
Juan Lozano Belmonte, cmf