DOMINGO/5/TO/A 6 DE FEBRERO 2011
Isaías 58,7-10
Así dice el Señor: "Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin
techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces
romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá
camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te
responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí estoy." Cuando destierres de ti la opresión, el
gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y
sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se
volverá mediodía."
Salmo responsorial: 111
R/El justo brilla en las tinieblas como una luz.
En las tinieblas brilla como una luz / el que es justo, clemente y compasivo. /
Dichoso el que se apiada y presta, / y administra rectamente sus asuntos. R.
El justo jamás vacilará, / su recuerdo será perpetuo. / No temerá las malas
noticias, / su corazón está firme en el Señor. R.
Su corazón está seguro, sin temor. / Reparte limosna a los pobres; / su
caridad es constante, sin falta, / y alzará la frente con dignidad. R.
1Corintios 2,1-5
Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo
hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de
saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros
débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva
sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra
fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
Mateo 5,13-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Vosotros sois la sal de la tierra.
Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla
fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar
una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para
meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a
todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras
buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo."
COMENTARIOS
ISAÍAS. El profeta Isaías describe en qué consiste este testimonio
luminoso. No basta querer. Cuando destierres de ti la opresión, la violencia, la
calumnia y el chantaje, cuando compartas tu pan con el hambriento y no te
encierres en tu egoísmo, entonces “brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se
volverá como la claridad del mediodía”; entonces te dirigirás a Dios y Dios te hará
sentir su presencia, “te responderá: aquí estoy”; sólo entonces. Esta es la luz que
debe alumbrar a los hombres: vuestras buenas obras en favor de los hombres, por
las que reconocerán a vuestro Padre que está en el cielo. La gloria de Dios es que el
hombre viva. Demos testimonio de la fe con la justicia de las obras.
EVANGELIO . En cierto modo somos lo que hacemos, o al menos eso es lo
que los demás pueden percibir de nosotros.
No somos cristianos para andar escondidos sino para expresarlo; no somos
cristianos para vivir aislados sino para meternos en medio de la masa y dar sabor.
Hay una llamada a ser testigos, a ofrecer un testimonio personal y comunitario
dotado de visibilidad. Si eres luz debes mostrarla, pasarla a otros, no meterla
debajo de una campana sino sobre la palmatoria para que ilumine a todos los de la
casa.
La comunidad cristiana no puede esconderse ni encerrarse en sí misma como
en un fanal. El mundo valora más al testigo que al orador. Este es el evangelio
que se ofrece a la vida humana.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de SAL TERRAE: HOMILÉTICA)