V Semana del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Introduccion a la semana
La semana pasada terminaba la lectura de la carta a los Hebreos. En ella, la liturgia
nos proponía, al concluir el ciclo dedicado a la infancia de Jesús, uno de los rasgos
principales de su identidad: él es el Sumo Sacerdote de la nueva alianza, el
Mediador único entre Dios y los hombres. Dejando bien sentado este mensaje,
punto culminante de la historia de la salvación, nos remontamos ahora a los
orígenes del proyecto que Dios quiso llevar a cabo en Cristo.
Durante dos semanas las lecturas bíblicas recorrerán la primera parte del Génesis,
libro con el que se abre la Biblia. Pertenece a lo que llamamos el Pentateuco (cinco
libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), conjunto de
narraciones que tratan de presentar, de manera peculiar y con una intención
religiosa, los orígenes del mundo y de la humanidad, así como del pueblo de Israel.
Los primeros capítulos del Génesis (1-11) responden al decidido propósito de
explicar, mediante relatos simbólicos y en la medida de lo posible, una realidad
desconocida, aunque extraordinariamente importante para comprender nuestra
condición humana y nuestro lugar en el mundo. ¿De dónde venimos?, ¿quiénes
somos?, ¿qué puesto y qué tarea nos competen en el conjunto de las cosas que nos
rodean?, ¿cómo se explican nuestros sentimientos y nuestros conflictos?, ¿cuál es
nuestro destino? Los autores sagrados compusieron, sirviéndose de testimonios de
culturas vecinas e inspirados por el Dios en quien creían, unas densas páginas en
las que se recogían las convicciones de su fe y se establecían las bases religiosas de
la historia.
Dejémonos penetrar esta semana por el asombro y la acción de gracias al
redescubrir los primeros capítulos de la Escritura santa. Nos presentan, a la luz de
la revelación divina, dos realidades teológicas capitales para la comprensión de
nuestro ser más profundo: la creación del mundo y del ser humano, obra de la
iniciativa divina (en dos relatos característicos), y el drama del primer pecado y sus
secuelas.
Fray Emilio García Álvarez
Convento de Santo Domingo. Caleruega (Burgos)
Dominicos.org (con permiso)