EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Jueves de la V Semana del Tiempo Ordinario A
Libro de Génesis 2,18-25.
Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle
una ayuda adecuada". Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos
los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para
ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le
pusiera el hombre. El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a
todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no
encontró la ayuda adecuada. Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un
profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con
carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor
Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: "¡Esta sí que
es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido
sacada del hombre". Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su
mujer, y los dos llegan a ser una sola carne. Los dos, el hombre y la mujer, estaban
desnudos, pero no sentían vergüenza.
Evangelio según San Marcos 7,24-30.
Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso
que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya
hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus
pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de
su hija al demonio. El le respondió: "Deja que antes se sacien los hijos; no está bien
tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros". Pero ella le respondió: "Es
verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan
caer los hijos". Entonces él le dijo: "A causa de lo que has dicho, puedes irte: el
demonio ha salido de tu hija". Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada
en la cama y liberada del demonio.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Isaac de la Estrella (?- hacia 1171), monje cisterciense
Sermón 33, 1º para el segundo domingo de Cuaresma
«Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón»
Cuando «el Verbo, la Palabra de Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros» (Jn
1,14), salió del Padre para venir al mundo (Jn 16,28). Él «que siendo de condición
divina» salió de su patria, «se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo»
(Flp 2, 6-7), «nuestra condición humana de pecadores» (Rm 8,3), a fin de ser
encontrado por aquellos que salen de su propio territorio para encontrarle en la
región de Tiro y Sidón... Qué suerte la de esta mujer cananea, venida del interior de
su territorio (Mt 15,22), y qué encuentro en la frontera de su país con el médico
que, salido de su territorio, llega totalmente a gusto, por misericordia. Lleno de
bondad va a territorio extranjero, hacia el enfermo que no hubiera podido llegarse a
él si se hubiera quedado en su propio país. Porque en tanto que Dios bendito, justo
y fuerte, que estaba en lo alto, al hombre miserable le estaba prohibido llegarse a
él... lleno de compasión, pudo realizar lo que era conforme a su piedad; vino hasta
el pecador...
Salgamos pues, hermanos, salgamos, cada uno por su cuenta, del lugar de
nuestra propia injusticia... Odia el pecado, y te encontrarás que has salido del
pecado. Odia el pecado, y encuentras a Cristo allí donde está... Sé que me dirás que
eso mismo es demasiado para ti y que, sin la gracia de Dios, le es imposible al
hombre odiar el pecado, desear la justicia, no querer pecar y querer arrepentirse.
«¡Den gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los
hombres!» (Sl 106,8). En efecto, si es por su sola gracia que se retiró visiblemente
al país de Tiro y Sidón adonde la mujer podía encontrarle, es también por gracia
que, secretamente, sacó a esta mujer de su morada más interior...
Esta mujer es símbolo de la Iglesia, predestinada eternamente, llamada y
justificada en el tiempo, destinada a la gloria al final de los tiempos (Rm 8,30):
constantemente ora por su hija, es decir, por cada uno de los elegidos.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”