Miércoles 16 de Febrero de 2011
Miércoles 6ª semana de tiempo ordinario 2011
Génesis 8,6-13.20-22
Pasados cuarenta días, Noé abrió el tragaluz que había hecho en el arca y
soltó el cuervo, que voló de un lado para otro, hasta que se secó el agua en la
tierra. Después soltó la paloma, para ver si el agua sobre la superficie estaba ya
somera. La paloma, no encontrando donde posarse, volvió al arca con Noé, porque
todavía había agua sobre la superficie. Noé alargó el brazo, la agarró y la metió
consigo en el arca. Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el
arca; ella volvió al atardecer con una hoja de olivo arrancada en el pico. Noé
comprendió que el agua sobre la tierra estaba somera; esperó otros siete días, y
soltó la paloma, que ya no volvió. El año seiscientos uno, el día primero del mes
primero, se secó el agua en la tierra. Noé abrió el tragaluz del arca, miró y vio que
la superficie estaba seca.
Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura
y los ofreció en holocausto sobre el altar. El Señor olió el aroma que aplaca y se
dijo: "No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre, porque el corazón
humano piensa mal desde la juventud. No volveré a matar a los vivientes, como
acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y
calor, verano e invierno, día y noche."
Salmo responsorial: 115
R/Te ofreceré, Señor! un sacrificio de alabanza.
¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Alzaré la copa de
la salvación, / invocando su nombre. R.
Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo. / Mucho le
cuesta al Señor / la muerte de sus fieles. R.
Cumpliré al Señor mis votos / en presencia de todo el pueblo, / en el atrio de
la casa del Señor, / en medio de ti, Jerusalén. R.
Marcos 8,22-26
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un
ciego, pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le
untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: "¿Ves algo?" Empezó a
distinguir y dijo: "Veo hombres; me parecen árboles, pero andan." Le puso otra vez
las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía con toda claridad.
Jesús lo mandó a casa, diciéndole: "No entres siquiera en la aldea."
COMENTARIOS
El relato que leemos hoy en la liturgia es la introducción a la sección central
del evangelio de Marcos, en donde el tema fundamental es la ceguera , signo de la
incapacidad para reconocer que Jesús es el Señor, el Cristo, la luz verdadera. El
milagro ocurrido en Betsaida se desarrolla en dos momentos que representan el
paso progresivo hacia la fe. En un primer momento el ciego no identifica totalmente
lo que ve, su vista es borrosa, no alcanza a percibir lo que hay en frente de él;
luego de una segunda imposición de manos, el ciego “afina su mirada”, ve
perfectamente.
Éste es el proceso que experimentan los discípulos de Jesús, pues, aunque se
encuentran junto al Maestro y son testigos de sus milagros, no comprenden aún su
Palabra y su misión; no identifican todavía a la persona que tienen en medio de
ellos.
Tal vez nos encontramos hoy como el ciego de Betsaida antes de ser sanado:
Vemos con poca claridad el camino de la fe, no acabamos de comprender
perfectamente nuestra misión como creyentes, ya que el egoísmo, las ansias de
poder, nos impiden ser testigos de la luz del Reino.
JUAN ALARCÓN, S.J.
(Extracto de SERVICIOS KOINONÍA)