¿Quién dice la gente que soy Yo?
Mc 8, 27-33:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
EN NUESTRA PERSPECTIVA CRISTIANA, LA SEÑAL DE ESTE PACTO ES LA CRUZ
DE JESÚS.
La lógica del pacto es una lógica centrípeta, de progresiva concentración. La primera lectura
nos recuerda la alianza más universal de todas: la establecida con Noé y con toda la
humanidad posterior al diluvio. La señal de este pacto es el arco iris puesto entre las nubes.
En el interior de este primer círculo aparece un segundo círculo: entre todas las familias
humanas, escoge Dios a la de los hijos de Abrahán, que no son sólo los israelitas, sino
también los ismaelitas, los edomitas y otros. La señal del pacto de Abrahán es la
circuncisión (cf. Gn 17). El círculo se restringe ulteriormente con el pacto del Sinaí, que es
propio de Israel y cuya señal es el sábado (cf Ex 31). Todos estos pactos son progresivos y
cada uno se sitúa dentro del otro, de modo que la etapa ulterior no invalida a la precedente.
Por último, el pacto se concentra en un solo hombre, en un hijo de Israel del que depende la
fidelidad de Dios a todos los otros pactos: éste, que es el centro de todos los círculos
concéntricos, es el pacto davídico-mesiánico. En nuestra perspectiva cristiana, la señal de
este pacto es la cruz de Jesús.
Cuando decimos de Jesús: «Tú eres el Cristo», debemos caer en la cuenta de la extrema
particularidad de la figura mesiánica y, al mismo tiempo, de su máxima universalidad, por el
hecho de ser el punto de convergencia de la alianza de Dios tanto con Israel como con toda
la humanidad. Gracias a la persona de Jesús, gracias al peso aplastante que él debió llevar,
se mantiene y se renueva el pacto de Dios con todos los hombres. ¿Podemos permanecer
indiferentes a este gran misterio de alianza en el amor? ¿Podemos desconocer el don de
Dios, limitarnos a asumir de una manera pasiva respecto a él la posición de la opinión
pública transmitida por los medios de comunicación? No, debemos reconocer
absolutamente (y demostrar con nuestra vida) que, para nosotros, Jesús es el arco
luminoso definitivo, tendido en la cruz, en la que el cielo, la tierra y todo lo que existe queda
reconciliado.
ORACION
Señor Jesús, he oído hablar de ti
muchas veces y de maneras diversas,
pero ¿quién eres tú para mí?
Oigo decir que eres un profeta, un maestro,
pero no puedo explicarme por qué
de todos los profetas y maestros
precisamente a ti te ha tocado la cruz.
¿Por qué esta cruz, Jesús,
si tú eres de verdad el Mesías?
Señor Jesús, sólo quien te ama
puede llevar la cruz detrás de ti
y sólo quien lleva la cruz
puede decir también quién eres.