Acercarnos a Jesús con un corazón de niño.
26/02/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 13-16
En aquel tiempo, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los tocara, pero los
discípulos trataban de impedirlo.
Al ver aquello, Jesús se disgustó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí y
no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro
que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles las manos.
Oración introductoria
Señor Jesús, dame la fe y confianza de un niño que se abandona en los brazos de
quien le acoge con ternura y amor. Yo creo que Tú me estás esperando para
abrazarme y darme tu amor en estos momentos de oración. Permíteme conocer tu
camino, los medios que me pueden llevar a la santificación de mi vida. Que no
pretenda ser yo el constructor sino que sepa edificar sobre la roca firme de tu
amor. Acrecienta Padre mío mi fe y mi confianza, para hacer una verdadera
oración.
Petición
Señor mío, Tú eres mi esperanza, quiero recibir y entrar en tu Reino, me abandono
en tu Providencia.
Meditación
«La Iglesia tiene una larga tradición de cuidar a los niños desde su más temprana
edad hasta la madurez, siguiendo el ejemplo del afecto de Cristo, que bendijo a los
niños que le presentaban, y que enseñó a sus discípulos que, de quienes son como
aquellos, es el Reino de los Cielos» (Benedicto XVI, 18 de septiembre de 2010).
«Jesús había dicho a sus discípulos que, para entrar en el reino de Dios, deberían
hacerse como niños. Él mismo, que abraza al mundo entero, se hizo niño para salir
a nuestro encuentro, para llevarnos hacia Dios. Para reconocer a Dios debemos
abandonar la soberbia que nos ciega, que quiere impulsarnos lejos de Dios, como si
Dios fuera nuestro competidor. Para encontrar a Dios es necesario ser capaces de
ver con el corazón. Debemos aprender a ver con un corazón de niño, con un
corazón joven, al que los prejuicios no obstaculizan y los intereses no deslumbran.
Así, en los niños que con ese corazón libre y abierto lo reconocen a Él la Iglesia ha
visto la imagen de los creyentes de todos los tiempos, su propia imagen»
(Benedicto XVI, 16 de marzo de 2008).
Reflexión apostólica
«La vida de María es un canto de fe en Dios y en su providencia amorosa; su vida
ofrece también un testimonio constante de confianza y abandono filial en la
voluntad de Dios, sobre todo en los momentos difíciles y oscuros de su vida.
Además de la fe y la confianza, la Santísima Virgen vivió en grado heroico la
caridad» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 125).
Propósito
Trataré con respeto, paciencia y caridad a los más pequeños, débiles y necesitados,
viendo en ellos al mismo Cristo.
Diálogo con Cristo
La docilidad, la amabilidad, la capacidad de acoger, de perdonar y olvidar, son
cualidades que distinguen a los verdaderos cristianos. Quiero imitar a tu Santísima
Madre para confiar plenamente en tu amor y en tu presencia continua en mi vida.
Gracias por amarme y cuidarme siempre y muy especialmente te doy gracias por
permitirme hoy dialogar contigo. Que tu amor fiel y constante me estimule a ser un
constructor de la civilización de la justicia y la caridad cristiana.
« Ante Él, que se hace Niño por ti, prométele que tú te harás pequeño por Él
cuando su voluntad te lo pida para que Él crezca»
( Cristo al centro, n. 1353).
Fuente: Regnum Christi. Legionarios de Cristo