“No se puede servir a Dios y al Dinero”
Mt 6, 24-34
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
“ LA INICUA RIQUEZA ” O “EL MEZQUINO DINERO”.
“El Dinero”, engaosamente, es una palabra que no muestra un significado sombrío, no
obstante algunas veces sus orígenes no tienen nada de nobleza, todo lo contrario, sus
raíces se nutren en terrenos oscuros. Es una palabra que se asocia genéricamente a
riquezas, posesiones, pero en muchas circunstancias, bienes, pero mal avenidos, es decir
riquezas mentirosas, mal ganadas.
Son esas riquezas a las que Jesús se refiere duramente: “¡Qué difícil es que los que tienen
riquezas entren en el Reino de Dios!” (Mc 10,23), “Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque
habéis recibido vuestro consuelo”. (Lc 6,24)
Y no es menos cierto, en el relato de Mateo, el dinero es peligroso porque lleva al hombre a
cometer acciones infames, recordemos que Judas traiciona a Jesús por treinta monedas.
Cuando anda por medio el dinero, hay gente dispuesta a odiar, a mentir, a matar, a
traicionar, a explotar, a poner la bozal a la conciencia.
Jesús llama con desprecio “El dinero”, este es el dinero personificado como la inicua
riqueza. Dicha personificación hace pensar que, según Jesús, el dinero es como una
potencia capaz de someter el mundo entero y, con él, a las personas. Por este motivo, este
relato lo califica como “el mezquino dinero”.
Detengamos por un momento nuestra mirada en el principio de la página evangélica para
subrayar su gran actualidad. Lo enunciado por Jesús de manera concluyente y decisiva nos
impresiona y nos encausa. Habla de “Seores” y de “servir”, de “odio” y de “amor”, de
“preferencia” y de “desprecio”. El lenguaje no puede ser más elocuente y claro.
Por último, hay que aadir que “servir” tiene en la Biblia , y con bastante frecuencia, un
sentido cultual. Ante Dios, “El dinero”, es considerado por lo que es, un falso dios: un ídolo,
un anti-dios. Ahora bien, así como podemos decir: “Nadie puede servir a dos seores”,
también podemos expresar: “Nadie puede ser esclavo de dos amos”. La situacin del que
se encomienda al “Dinero”, se agudiza: renuncia a su libertad y se vende a su amo.
ORACION
Aquí estoy, Señor, soy criatura tuya, débil y fuerte al mismo tiempo, pobre y rico, inseguro y
crédulo. Haz que sepa perfeccionar en mí tu “imagen y semejanza” para vivir en la santidad
de mi vocación y en la libertad de los hijos de Dios.
Aquí estoy, Señor, soy un pobre pecador, consciente de mi miseria espiritual y de tu infinita
misericordia. Ayúdame, no permitas que me abata la fuerza del Malvado; ayúdame a buscar
con ahínco la docilidad a tus mandamientos, el abandono a tu providencia entrañable.
Aquí estoy, Señor, soy hijo tuyo, hijo en el Hijo Jesús y hermano de todos. Concédeme
estar siempre abierto al diálogo, ser sensible a las necesidades de los demás, mantenerme
siempre disponible para el servicio desinteresado y generoso con los más necesitados.