EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Marcos 11,27-33.
Y llegaron de nuevo a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el Templo, los sumos
sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a él y le dijeron: "¿Con qué
autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?". Jesús les
respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les
diré con qué autoridad hago estas cosas. Díganme: el bautismo de Juan, ¿venía del
cielo o de los hombres?". Ellos se hacían este razonamiento: "Si contestamos: 'Del
cielo', él nos dirá: '¿Por qué no creyeron en él?'. ¿Diremos entonces: "De los
hombres'?". Pero como temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan
había sido realmente un profeta, respondieron a Jesús: "No sabemos". Y él les
respondió: "Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Hilario (v. 315-367), Obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia.
La Trinidad, VII, 26-27
«¿Con qué autoridad haces esto?»
El Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo
que hace este, eso mismo hace también el Hijo (Jn 5,19)....Sí, el Hijo realiza las
obras del Padre; es por esto por lo que Él nos pide que creamos que es el Hijo de
Dios. Él no se arroga ningún título que no le haya sido dado; ni en sus propias
obras se apoya su reivindicación. No! Él da testimonio de que no son sus obras sino
las de su Padre. Y Él atestigua también que el resplandor de sus obras le viene de
su origen divino. Pero ¿cómo los hombres podrán reconocer en Él al Hijo de Dios,
en el misterio de este cuerpo que ha asumido, en este hombre nacido de María?
Esto es para hacer penetrar en sus corazones la fe en que es el Señor quien
lleva a cabo todas estas obras: « si hago las obras de mi Padre, aunque no me
creáis a mí, creed a las obras » (Jn 10,38).
Si la humildad de su cuerpo es un obstáculo para creer en su palabra, Él nos
pide que creamos en sus obras. En efecto, ¿por qué el misterio de su nacimiento
humano nos impide percibir su origen divino?... « si no queréis creer en mí, creed
en mis obras para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el
Padre»...
Tal cual es la naturaleza que Él posee por su origen; tal cual es el misterio de
una fe que nos garantiza la salvación: no hay que dividir a aquellos que son uno, no
hay que privar al Hijo de su naturaleza y proclamar la verdad del Dios vivo nacido
de Dios vivo... « Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre» (Jn
6,57). « Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al
Hijo tener vida en sí mismo» (Jn 5,26).
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