4º Domingo de Cuaresma - A
Evangelio de la Misa: Jn 9,1-41 - Curación de un ciego
El objeto de consideración y de oración de este domingo es uno de tantos
milagros, realizados por Jesús, para mostrar su poder y su amor divinos. Jesús
cura a un ciego de nacimiento, proporcionándole la vista, con lo que empezó a
ver el mundo material. Pero fue más importante la luz espiritual de la fe en
Jesús, que empezó a tener y sentir en su corazón, y que le cambió la vida,
también en el orden espiritual. Jesús se presenta, pues, como la Luz del mundo,
que ilumina la vida de los hombres. Qué importante es la fe en Jesús, para
nuestra vida personal y para nuestras relaciones humanas y sociales. Ella nos
hace ver la vida con otro color y otra dimensión, es decir con la visión
sobrenatural.
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Oración para cada día de la semana
Señor, como el ciego del Evangelio, yo también padezco
muchas veces la ceguera del egoísmo,
que me impide ver al prójimo como un hermano y un hijo de Dios;
sufro con la ceguera de la sensualidad, que me obsesiona
con el placer y el bienestar puramente material.
También me corroe la ceguera de la soberbia que no me deja
verte a Ti en mi vida, ni sentirte en mi corazón como el fuego y el amor
que me mueva a santificarme en mi vida ordinaria
y a amarte a Ti en todo lo que realizo.
Yo también necesito cada día, Señor, el milagro de tu gracia,
para remover mi fe adormilada, comodona y triste.
También necesito la valentía y la sinceridad
para reconocerme ciego espiritualmente cuando mis pecados de palabra,
obra u omisión afeen mi conducta, y remuerdan mi conciencia;
y en consecuencia para reconocerme necesitado de tu perdón y de tu
misericordia.
Me enseñas que el mensaje de la Cuaresma, de oración,
penitencia y caridad, solo se viven con autenticidad cuando pasan
por el reconocimiento de los pecados personales, y por el arrepentimiento
correspondiente en la Confesión Sacramental.
Ayúdame, Señor, a aprovechar ese torrente de gracias que es la Confesión,
acercándome a ese sacramento de la paz y de la alegría, en este tiempo
de Cuaresma, para que me remueva de verdad en la alegría pascual,
y en lo mejores propósitos de santidad personal.
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez