EL ESPÍRITU QUE UNIFICA Y DIVERSIFICA
SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS
12 de Junio de 2.011
Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu
Santo.
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios,
pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra
todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo
mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del
cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos
nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo
Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. 1
Cor 12,3b-7. 12-13
Nuestra atmósfera social no abunda en aires puros, se encuentra notablemente
contaminada, casi irrespirable. Las mismas ciencias del hombre pretenden algunas
incluso negar al hombre mismo su propio hálito y vida, reduciendo el espíritu a pura
materia, la mente a cerebro, la humanidad a animalidad, la íntima subjetividad
personal a puro objeto de manipulación y dominio.
Los valores espirituales de creatividad, de solidaridad, de amistad fiel, de santidad,
de heroísmo, del altruismo generoso, de expresión íntima y sincera... son valores
que se cotizan menos que poco. Y, en cambio, están en alza hegemónica los
valores materialistas animadores de la cultura del cuerpo, recibiendo el primado de
atención y mimo la salud física, la cirugía estética, el sexo desamorado, la
alimentación insana, los excesos gastronómicos,... todo es como querer desplazar
al hombre de su centro más profundo y negarle su también constitución espiritual.
De esta forma se está como asfixiando al hombre integral, ocupado en ganar y
consumir. Apenas si nuestro hombre “dialítico” cuenta con espacios abiertos para
su propia y radical aspiración. Estamos constantemente talándole espacios verdes,
silenciosos y reposados, de respiración interpersonal, de un boca a boca entre
personas, de unos vasos comunicantes de trasiego vital. Desgarrados de Dios y
prófugos de nuestra atmósfera espiritual, nos falta respirar con el Pulmón del
Mundo, y nos sometemos a “diálisis” sustitutorias que antes o después se decantan
insuficientes y mortíferas.
Vendrán, no obstante, tiempos en que percibamos este “desastre ecológico”, el
virus mortífero que para la vitalidad de la sociedad entera supone no dejarse
inhalar, insuflar, inspirar por el Espíritu , por el Amor Interpersonal de Dios. Y lo
buscaremos como busca la mascarilla de gas el hombre agónico que está a punto
de expirar.
Y todo hombre que quiera respirar hondo y dar al mundo una atmósfera más
humana, se afanará por hacer de su vida un beso constante con Dios y con los
hermanos. Celebrará pentecostalmente la fiesta del Aire Santo, del Espíritu Santo,
como el momento de su más eficaz conspiración. Con este Espíritu de Dios, Espíritu
de comunicación, comunión y abrazo, la comunidad fraterna y filial verá
garantizadas sus mayores aspiraciones. Inspirada por el Instinto amoroso de Dios,
Espíritu creador y recreador, vivificador y vital, en vez de expirar y morir, recobrará
su mejor aliento y respirará a todo pulmón divino y humano. Y, envuelta por
Atmósfera tan nutritiva y penetrada por Soplete tan purificador, se mostrará esta
comunidad pentecostal, ante todo el mundo anémico y materialista, como ámbito
colectivo, como ambiente descontaminado e higiénico, en el que el hombre se
respire hondamente a sí mismo y suspire por recibir de Dios el Espíritu de comunión
interhumana.
Pentecostés, Fiesta del Aire y del Espíritu Santo,¡cuánto nuestro mundo necesita de
tu Aire, caminar a tu Aire, darte un aire abrazador y vital ! ¡Seríamos más iguales y
distintos, más íntimos y comunicados, más filiales, más fraternales, más
espirituales ¡
Juan Sánchez Trujillo