Solemnidad. Domingo de Pentecostés
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
(Misa del día) «Todos hemos bebido de un solo Espíritu»
I. LA PALABRA DE DIOS
Hch 2,1-11: «Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar»
Sal 103,1ab.24.29bc-30.31.34: «Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la
faz de la tierra»
1Co 12,3b-7.12-13: «Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para
formar un solo cuerpo»
Jn 20,19-23: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Recibid el Espíritu Santo»
II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
El acontecimiento de Pentecostés debió resultar tan absolutamente único en la
Iglesia que no tuvieron más remedio que transmitirlo en imágenes familiares
(viento, fuego...). Es el Espíritu el que hace que aquellos que han vivido tan cerca
de Jesús se transformen ahora en testigos del Resucitado, el mismo que «había
comido y bebido con ellos».
Hoy afirmamos que la Iglesia, comunidad de quienes han oído la Palabra, se siente
comunidad de fe, que anuncia gozosa desde el Espíritu la Buena Nueva del
Evangelio. Él, desde el principio, es su alma y su guía.
El envío del Espíritu dependía de la glorificación de Jesús, y de su retorno al Padre.
Una vez llegado, Juan destaca la íntima conexión entre la Resurrección y la
animación de la Iglesia por el Espíritu Santo, hasta recalcar en este párrafo el poder
otorgado a la Iglesia para perdonar los pecados.
III. SITUACIÓN HUMANA
La humanidad, sumida tantas veces en el desaliento y la apatía, es capaz con
frecuencia de luchar por hallar una salida a estas situaciones. Con la conciencia de
que no todo está perdido, trabaja por aquello que en otro momento le parecía
inabordable por difícil, o para lo que se sentía sin fuerzas.
IV. LA FE DE LA IGLESIA
La fe
– La Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo: «El Espíritu
Santo que Cristo, Cabeza, derrama sobre sus miembros, construye, anima y
santifica a la Iglesia. Él es el sacramento de la Comunión de la Santísima Trinidad
con los hombres» (747; cf 731. 732).
– El nombre, los apelativos y símbolos del Espíritu Santo: 691-701.
– El «Espíritu Santo preparó a María por su gracia»: 721-726.
La respuesta
– El Espíritu Santo nos hace miembros de la Iglesia: "Por el poder del Espíritu Santo
participamos de la Pasión de Cristo, muriendo al pecado, y en su Resurrección,
naciendo, a una vida nueva; somos miembros de su cuerpo que es la Iglesia,
sarmientos unidos a la vid que es Él mismo. «Por el Espíritu Santo participamos de
Dios. Por la participación del Espíritu venimos a ser partícipes de la naturaleza
divina...Por eso, aquellos en quienes habita el Espíritu están divizados» (San
Atanasio, ep Serap.1,24)" (1988).
– La gracia del Espíritu Santo tiene el poder de santificarnos: 1987. 1995.
El testimonio cristiano
– «Por la comunión con Él, el Espíritu Santo nos hace espirituales, nos restablece en
el Paraíso, nos lleva al Reino de los cielos y a la adopción filial, nos da la confianza
de llamar a Dios Padre y de participar en la gracia de Cristo, de ser llamados hijos
de la luz y de tener parte en la gloria eterna (S. Basilio, Spr 15,36)» (736).
«Si el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros el que
resucitó de entre los muertos a Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales,
por el mismo Espíritu que habita en vosotros» (Rm 8,10).
Fuente: Almudi.org