LA TAREA DE LOS HIJOS DE LA I GLESIA ES ANUNCIAR A TODO PRÓJIMO , POR
MEDIO DE LA MISERICORDIA , QUE C RISTO E UCARISTÍA ES EL M ESÍAS QUE HABÍA
DE VENIR
(Domingo III – TA – Ciclo B – 2008.2)
“¿Eres Tú el que ha de venir?” (cfr. Mt 11, 2-11). Juan el Bautista
manda a sus discípulos a que pregunten a Jesús si Él es el Mesías que ha de
venir. No significa esto que Juan el Bautista no supiera o siquiera dudara
acerca de la identidad de Jesús, ya que desde el vientre materno sabía que
Jesús era el Mesías –salta de alegría ante la Presencia de Jesús en el seno
de María- y luego, ya adulto, lo anuncia como el “Cordero de Dios”.
No es entonces que Juan el Bautista no supiera quién era Jesús, sino
que se trata de una pregunta retórica, hecha para dar pie a la auto-
revelación de Jesús como el Mesías anunciado por los profetas.
De esta manera, el Bautista realiza su misión, que es la de anunciar
la Presencia del Hombre-Dios en medio de los hombres; el Bautista anuncia
que Jesús es el Mesías que ha de bautizar no con agua, sino con el Espíritu
Santo, el cual no sólo quitará los pecados del mundo, sino que donará la
filiación divina a los hombres, convirtiéndolos de creaturas en hijos de Dios.
Al hacer la pregunta: “¿Eres Tú el que ha de venir?”, el Bautista da
lugar a la auto-revelación del Hijo de Dios, que se manifiesta como tal
públicamente. Ésa es la misión principal del Bautista: anunciar que ha
llegado la salvación en la Persona de Jesús, anunciar que Jesús no es un
profeta, ni un hombre santo, ni el más santo entre los santos, ni el más
sabio entre los sabios, sino que, como Dios Hijo encarnado, es el Dador del
Espíritu junto al Padre, Espíritu que convertirá a los hombres en hijos
adoptivos de Dios.
Las palabras del Bautista son entonces como la estrella de la aurora,
que señala la llegada del sol, del nuevo día, y el fin de las tinieblas de la
noche, porque las palabras del Bautista anuncian que ha finalizado la
espera, que el Salvador de la humanidad, el Redentor, el Hombre-Dios, ya
está en medio nuestro.
La pregunta retórica del Bautista: “¿Eres Tú el que ha de venir?” abre
el camino para la revelación de Cristo como Dios Hijo encarnado, que ha
venido a este mundo para salvar a los hombres y convertirlos en hijos de
Dios; que ha venido para iluminar las tinieblas de los hombres con la luz
divina que surge de Dios Trino como de su fuente; que ha venido para
convertir el sinsentido de la historia humana sin Dios, en una historia y en
un tiempo que convergen en la eternidad de la Trinidad.
Debido entonces a que la pregunta: “¿Eres Tú el que ha de venir?” es
en realidad una pregunta retórica, se convierte en una afirmación: “Tú eres
el que había de venir, Tú eres el que ha venido desde la eternidad,
procediendo desde Dios Padre, y te has revestido de una naturaleza
humana; Tú eres el que viene a salvarnos, a darnos la felicidad eterna, que
no es de este mundo; Tú eres el que viene a darnos la alegría de ser hijos
de Dios”.
En el signo de los tiempos, la misión del Bautista no sólo no ha
terminado, sino que se prolonga sin solución de continuidad hasta el fin de
los tiempos; su misión continúa, no ya a través suyo, sino a través de la
Iglesia y a través de los hijos de la Iglesia, los bautizados.
La Iglesia continúa la misión del Bautista sobre todo en Adviento,
porque es en el tiempo de Adviento en donde la Iglesia anuncia a la
humanidad que Dios Hijo habrá de nacer de una Madre Virgen para
Navidad; la Iglesia anuncia, en Adviento, que la liberación y la alegría que
vienen de Dios se materializan en el Niño de Belén.
La misión del Bautista es también continuada por los bautizados, los
hijos de la Iglesia, quienes tienen la misión de ser los Juan Bautista de los
últimos tiempos; tienen la misión de anunciar, con obras de misericordia
más que con palabras, que el Mesías ya ha llegado, ya ha venido, primero
como Niño en Belén, ahora como Dios encarnado Presente en Persona en el
sacramento del altar.
“¿Eres Tú el que ha de venir?” Ésa es la tarea a realizar por parte de
los hijos de la Iglesia: anunciar a todo prójimo, por medio de la
misericordia, que Cristo Eucaristía es el Mesías que había de venir, que ha
venido como Niño en Belén, que viene como Pan del cielo en el altar, que
vendrá como Rey del mundo al fin del tiempo.
Padre Álvaro Sánchez Rueda