EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 10,7-13.
Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.
Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a
los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.
No lleven encima oro ni plata, ni monedas,
ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que
trabaja merece su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable
y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.
Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella.
Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa
paz vuelva a ustedes.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Concilio Vaticano II
Mensaje a los jóvenes el 7/12/ 1965 (© Copyright 1980- Libreria Editrice Vaticana)
"Proclamad que el Reino de los cielos está cerca "
Es a vosotros, jóvenes de uno y otro sexo del mundo entero, a quienes el
Concilio quiere dirigir su último mensaje. Porque sois vosotros los que vais a recibir
la antorcha de manos de vuestros mayores y a vivir en el mundo en el momento de
las más gigantescas transformaciones de su historia. Sois vosotros los que,
recogiendo lo mejor del ejemplo y de las enseñanzas de vuestros padres y de
vuestros maestros vais a formar la sociedad de mañana; os salvaréis o pereceréis
con ella.
La Iglesia, durante cuatro años, ha trabajado para rejuvenecer su rostro, para
responder mejor a los designios de su fundador, el gran viviente, Cristo,
eternamente joven. Al final de esa impresionante «reforma de vida» se vuelve a
vosotros. Es para vosotros los jóvenes, sobre todo para vosotros, porque la Iglesia
acaba de alumbrar en su Concilio una luz, luz que alumbrará el porvenir.
La Iglesia está preocupada porque esa sociedad que vais a constituir respete
la dignidad, la libertad, el derecho de las personas, y esas personas son las
vuestras.
Está preocupada, sobre todo, porque esa sociedad deje expandirse su tesoro
antiguo y siempre nuevo: la fe, y porque vuestras almas se puedan sumergir
libremente en sus bienhechoras claridades. Confía en que encontraréis tal fuerza y
tal gozo que no estaréis tentados, como algunos de vuestros mayores, de ceder a
la seducción de las filosofías del egoísmo o del placer, o a las de la desesperanza y
de la nada, y que frente al ateísmo, fenómeno de cansancio y de vejez, sabréis
afirmar vuestra fe en la vida y en lo que da sentido a la vida: la certeza de la
existencia de un Dios justo y bueno.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”