EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Jueves de la XI Semana del Tiempo Ordinario
Carta II de San Pablo a los Corintios 11,1-11.
¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran.
Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo,
Cristo, para presentarlos a él como una virgen pura.
Pero temo que, así como la serpiente, con su astucia, sedujo a Eva, también
ustedes se dejen corromper interiormente, apartándose de la sinceridad debida a
Cristo.
Si alguien viniera a predicarles otro Jesucristo, diferente del que nosotros hemos
predicado, o si recibieran un Espíritu distinto del que han recibido, u otro Evangelio
diverso del que han aceptado, ¡ciertamente lo tolerarían!
Yo pienso, sin embargo, que no soy inferior a esos que se consideran "apóstoles por
excelencia".
Porque, aunque no soy más que un profano en cuanto a la elocuencia, no lo soy en
cuanto al conocimiento; y esto lo he demostrado en todo y delante de todos.
¿Acaso procedí mal al anunciarles gratuitamente la Buena Noticia de Dios,
humillándome a mí mismo para elevarlos a ustedes?
Yo he despojado a otras Iglesias, aceptando su ayuda, para poder servirlos a
ustedes.
Y cuando estaba entre ustedes, aunque me encontré necesitado, no fui gravoso
para nadie, porque los hermanos que habían venido de Macedonia me proveyeron
de lo que necesitaba. Siempre evité serles una carga, y así lo haré siempre.
Les aseguro por la verdad de Cristo que reside en mí, que yo no quiero perder este
motivo de orgullo en la región de Acaya.
¿Será acaso porque no los amo? Dios lo sabe.
Evangelio según San Mateo 6,7-15.
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por
mucho hablar serán escuchados.
No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que
les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea
tu Nombre,
que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.
No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los
perdonará a ustedes.
Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Santa Teresa de Ávila(1515-1582), carmelita descalza, doctora de la iglesia
Camino de Perfección 32, 9-10
"Hágase tu voluntad"
Porque todo lo que os he avisado en este libro va dirigido a este punto de
darnos del todo al Criador y poner nuestra voluntad en la suya y desasirnos de las
criaturas, y tendréis ya entendido lo mucho que importa, no digo más en ello; sino
diré para lo que pone aquí nuestro buen Maestro estas palabras dichas, como quien
sabe lo mucho que ganaremos de hacer este servicio a su eterno Padre: porque nos
disponemos para que, con mucha brevedad, nos veamos acabado de andar el
camino...
Y en esto -como ya tengo escrito- ninguna cosa hacemos de nuestra parte, ni
trabajamos, ni negociamos, ni es menester más -porque todo lo demás estorba e
impide- de decir fiat voluntatis tua: cúmplase, Señor en mi vuestra voluntad de
todos los modos y maneras que Vos, Señor mío, quisiereis; si queréis con trabajos,
dadme esfuerzo y vengan; si con persecuciones y enfermedades y deshonras y
necesidades, aquí estoy, no volveré el rostro, pues vuestro Hijo dio en nombre de
todos esta mi voluntad, no es razón falte por mi parte; sino que me hagáis Vos
merced de darme vuestro reino para que yo lo pueda hacer, pues él me lo pidió , y
disponed en mi como en cosa vuestra conforme a vuestra voluntad.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”