“porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán”
Mt 7, 1-5
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Lectio Divina
A MENUDO REPROCHAMOS A OTROS ALGO QUE DEBERÍAMOS
REPROCHARNOS ANTES A NOSOTROS MISMOS.
Debería bastar con la severa advertencia de Jesús sobre la medida del juicio para
hacernos desistir de cualquier pretensión de erigirnos en censores del obrar de los otros.
San Agustín nos enseña que «si queremos reprochar a alguien, debemos preguntarnos
antes si no somos nosotros semejantes a él». En efecto, a menudo reprochamos a otros
algo que deberíamos reprocharnos antes a nosotros mismos.
Examinaré qué comportamientos de mi hermano provocan en mí con frecuencia un
juicio negativo de inmediato. Buscaré la razón de esto en mí mismo: intolerancia frente
al que es distinto, perfeccionismo, arrogancia, mezquindad mental, rigidez,
incomprensión, envidia, etc. Me las ingeniaré, por último, para contraponer siempre (al
menos interiormente, mientras estoy orando) un juicio positivo a otro negativo, llevando
a cabo todo un esfuerzo para identificarme con el otro e intentar comprenderle.
ORACION
Señor Jesucristo, concédeme llevar a cabo lo que me has enseñado: a ser
misericordioso con todos y a no juzgar a nadie. Y para que te podamos escuchar con la
ayuda de tu gracia, nos exhortas a orar. En efecto, tú siempre nos invitas a pedir, para
poder acoger nuestras peticiones. Por consiguiente, y dado que me lo mandas, pido;
busco, puesto que me lo mandas; llamo, ya que me lo ordenas.
Tú que me has inducido a pedir, haz que yo sepa acoger; tú que me has dicho que
buscara, haz que pueda encontrar; tú que me has enseñado a llamar, ábreme para que
pueda entrar. Tú que suscitaste en mí el deseo, concédeme poder impetrar lo que
espero. Dame todo lo que debo ofrecerte, sal garante de lo que exiges, para poder
premiar aquello que tú mismo me das (Landulfo de Sajonia).