Al
día
con
Dios
tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y
occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el
reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino
los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes." Y al centurión le dijo: "Vuelve a casa,
que se cumpla lo que has creído." Y en aquel momento se
puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en
cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la
fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le
llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra,
expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se
cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Él tomó nuestras
dolencias y cargó con nuestras enfermedades."
Todos, de alguna manera hemos sido engañados,
pero esa mentira más he hecho daño al mentiroso que a
nosotros, pues se convierte para esa persona en
normalidad y a todos miente. En Apocalipsis 22,15
leemos: “el que haga o ame la mentira no heredara el
reino de Dios” Por eso, no hay mentiras pequeñas, todas
son mentiras.
Mentimos desde niños cuando nuestros padres
nos enseñan. “Digan que no estoy” Es tan grave la
mentira que para volver a creerle a un mentiroso cuesta
mucho.
Sábado 25 de Junio de 2011
Santoral: Guillermo, Máximo
Génesis 18,1-15 ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando
vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo
Interleccional: Lucas 1 El Señor se acuerda de la
misericordia.
Mateo 8,5-17 Vendrán muchos de oriente y
occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y
Jacob
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un
centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa
un criado que está en cama paralítico y sufre mucho."
Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le
replicó: "Señor, no soy quién soy yo para que entres bajo
mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado
quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y
tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va;
al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace."
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
"Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie
El castigo del embustero es no ser creído, aun
cuando diga la verdad - Aristóteles
Padre Marcelo.
@padrerivas