DOMINGO/14/TO/A 3 JULIO 2011
Zacarías 9,9-10
Así dice el Señor: "Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu
rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un
pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá
los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran
Río al confín de la tierra."
Salmo responsorial: 144
R/Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; / bendeciré tu nombre por siempre jamás. /
Día tras día, te bendeciré / y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.
El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; /
el Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, / que te bendigan tus fieles; /
que proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.
El Señor es fiel a sus palabras, / bondadoso en todas sus acciones. / El Señor
sostiene a los que van a caer, / endereza a los que ya se doblan. R.
Romanos 8,9.11-13
Hermanos: Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el
Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de
Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en
vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también
vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues,
hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si
vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las
obras del cuerpo, viviréis.
Mateo 11,25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has
revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha
entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al
Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los
que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended
de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."
COMENTARIOS
ZACARÍAS. La lectura de hoy pertenece a la segunda parte del libro de
Zacarías, llamada también Segundo Zacarías (cc.9-14). El tema central de todo el
Segundo Zacarías es el mesianismo. La preocupación en esta época por la
proximidad del mesías es clara. Su imagen se identifica, básicamente, con la de un
rey y la de un pastor; aunque también con la de un sufriente siervo del Señor.
El final del c.9, contexto de nuestro pasaje, anuncia la llegada del mesías y la
restauración de Israel. Los dos versos de la lectura de hoy se centran tan solo en la
alegría de Jerusalén ante la cercanía de su mesías, las características que lo definen
y las acciones que llevará a cabo.
Para Zacarías, el nuevo gobernante debía distinguirse por la humildad, la
justicia y pacífico. La humildad entendida como la capacidad para andar en la
verdad y no como sumisión y conformismo. La justicia como pilar de una
organización social en la que se le da a cada persona de acuerdo con sus
necesidades y no según sus ambiciones. El pacifismo como la actitud básica para
solucionar los inevitables conflictos que se presentan en toda organización humana.
Tres cualidades que configuran una nueva forma de ejercer el poder.
EVANGELIO. El pasaje comienza improvisando una acción de gracias . Los
sabios y entendidos se refieren a un modo de acercamiento a la realidad divina. En
el reverso, gente sencilla.
Le sigue un enunciado cristológico. En esta afirmación Cristo presenta su
estrecha relación con Dios, y lo expresa con enorme osadía utilizando la metáfora
padre–hijo. Su íntima vinculación, basada en el conocimiento recíproco, le otorga
una autoridad reveladora excepcional: en el Hijo, lo que dice y su actuar brotan del
conocimiento del Padre y quedan avalados por Él; del mismo modo, para conocer al
Padre no hay mejor camino que el Hijo: lo que Él cuenta, lo que Él hace, la
adhesión a su persona.
Por eso, de la proclamación cristológica surge una invitación que es llamada
al seguimiento. El que se designa testigo excepcional del Padre, da un paso más
en ese proceso de desvelamiento desnudando su interioridad y manifestando dos
de sus cualidades fundamentales: la mansedumbre y la humildad.
El rasgo más característico de la mansedumbre es la benevolencia, la
bondad, la comprensión hacia los demás, reconociéndoles en su modo de ser y
respetando su libertad (el amor solo puede ser despertado, nunca puede ser
forzado).
- La humildad supone una afirmación práctica de la igual dignidad entre
todas las personas. Se trata de poner los propios valores y cualidades al servicio de
los otros, hacer que dinamicen la vivencia de fraternidad. Estas actitudes son objeto
de invitación, pero a la vez de adiestramiento, como itinerario de acceso a Dios.
Porque el aprendizaje nunca es para meter cosas en la cabeza sino en el corazón y
en los artes de vida.
Juan Alarcón, s.j.
(Extracto de Sal Térrea: HOMILÉTICA)