Siervos inútiles somos
01/07/2011
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclam: “¡Te doy gracias, Padre, Seor del cielo y de la
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has
revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el
Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré
alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde
de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor Jesús, gracias porque, por amor, aceptase la condición humana (un cuerpo y
un corazón) para que te pueda contemplar y encontrar en tu Sagrado Corazón.
Ilumina mi oración, estoy fatigado y agobiado por la carga, ayúdame a poner a un
lado todo lo que me separe de Ti.
Petición
Padre mío permite que pueda conocerte por medio del Sagrado Corazón de tu
amadísimo Hijo.
Meditación
«Reflexionando sobre estos textos bíblicos, he pensado inmediatamente en el Papa
Juan Pablo I, de cuya muerte se celebra hoy el trigésimo aniversario. Eligió como
lema episcopal el mismo de san Carlos Borromeo: Humilitas . Una sola palabra que
sintetiza lo esencial de la vida cristiana e indica la virtud indispensable de quien, en
la Iglesia, está llamado al servicio de la autoridad. En una de las cuatro audiencias
generales que tuvo durante su brevísimo pontificado, dijo entre otras cosas, con el
tono familiar que lo caracterizaba: "Me limito a recordaros una virtud muy querida
del Señor, que dijo: "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón"... Aun
si habéis hecho cosas grandes, decid: siervos inútiles somos". Y agregó: "En
cambio la tendencia de todos nosotros es más bien lo contrario: ponerse en primera
fila". La humildad puede considerarse como su testamento espiritual» (Benedicto
XVI, 28 de septiembre de 2008).
Reflexión apostólica
«Como parte esencial de esta espiritualidad cristocéntrica, el Movimiento inculca a
sus miembros la verdadera devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que consiste en
el culto al amor infinito y misericordioso de Dios a todos los hombres expresado en
Jesucristo. Esta devoción se manifiesta, sobre todo, mediante la práctica de dos
virtudes que Cristo encarnó de modo eminente en su vida, y cuya imitación Él
mismo propuso a sus discípulos: la mansedumbre y la humildad» (Manual del
miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 75).
Propósito
Esforzarme por pasar desapercibido en el servicio que haga a los que me rodean.
Diálogo con Cristo
Sagrado Corazón de Jesús, gracias porque puedo comunicarme contigo en la
oración, no como un compromiso, nunca como una obligación, sino como el
encuentro con el amigo, con el Padre amoroso que me consuela, que me da la
serenidad para afrontar los problemas de mi día a día. Te ofrezco poner los medios
para crecer en la humildad, único medio para darte el lugar que te corresponde en
mi vida.
«Servir a Dios es un honor, un privilegio inmenso. A pesar de la cruz, su yugo es
suave para quien sabe amar»
( Cristo al centro, n. 2055).