EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 10,16-23.
Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como
serpientes y sencillos como palomas.
Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en
las sinagogas.
A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio
delante de ellos y de los paganos.
Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo
que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará
en ustedes.
El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a
su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir.
Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere
hasta el fin se salvará.
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan
a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel,
antes de que llegue el Hijo del hombre.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
San Buenaventura (1221-1274), franciscano, doctor de la Iglesia
Vida de san Francisco, Leyenda mayor, cap. 11 (trad.Jesús Larrínaga, o.f.m.
Biblioteca de Autores Cristianos (BAC 399) 1998, 7ª edición –reimpresión)
«Sagaces como las serpientes y cándidos como las palomas»
El incesante ejercicio de la oración, unido a la continua práctica de la virtud,
había conducido al varón de Dios a tal limpidez y serenidad de mente, que -a pesar
de no haber adquirido, por adoctrinamiento humano, conocimiento de las sagradas
letras-, iluminado con los resplandores de la luz eterna, llegaba a sondear, con
admirable agudeza de entendimiento, las profundidades de las Escrituras.
Efectivamente, su ingenio, limpio de toda mancha, penetraba los más ocultos
misterios, y allí donde no alcanza la ciencia de los maestros,
Preguntáronle en cierta ocasión los hermanos si sería de su agrado que los
letrados admitidos ya en la Orden se aplicasen al estudio de la Sagrada Escritura, y
Francisco respondió: «Sí, me place, pero a condición de que, a ejemplo de Cristo,
de quien se dice que se dedicó más a la oración que a la lectura (Lc 11,1;2,46) no
descuiden el ejercicio de la oración, ni se entreguen al estudio sólo para saber como
han de hablar, sino, más bien, para practicar lo que han escuchado, y,
practicándolo, lo propongan a los demás para que lo pongan por obra. Quiero -
añadió- que mis hermanos sean discípulos evangélicos y de tal modo progresen en
el conocimiento de la verdad, que crezcan en pura simplicidad, sin separar la
sencillez de la paloma de la prudencia de la serpiente, virtudes que el soberano
Maestro conjuntó en la enseñanza de sus benditos labios.»
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”