Padre Jorge Loring S.I
Quinto Domingo del Tiempo Ordinario - A
Mt 5:13-16
1.- En el Evangelio de hoy se nos narra la curación de la suegra de San Pedro.
Indica que San Pedro era casado. Esto me da pie para hablar del celibato
sacerdotal.
2.- A veces se oye decir que por qué la Iglesia Católica exige el celibato a los
sacerdotes, si algunos Apóstoles eran casados.
3.- El celibato sacerdotal rige en la Iglesia desde el Concilio de Elvira
(Granada) en el siglo II.
4.- La Iglesia quiere a sus sacerdotes célibes para que dediquen el 100% de su
tiempo a las almas; y no tengan que repartirlo con su familia.
5.- Supongamos que el sacerdote casado tiene la esposa enferma, físicamente o
psíquicamente. Evidentemente que gran parte de su tiempo se lo tendrá que
dedicar a ella.
6.-. O que tiene hijos a quienes quiere preparar para su futuro, por lo tanto querrá
vivir en una población donde puedan estudiar una carrera, y rechazará otros
destinos, o cuidados a enfermos contagiosos.
7.- Quizás venga bien decir algo sobre el sacerdocio femenino. Las feministas
revanchistas repiten que hoy la mujer tiene en la sociedad gran protagonismo, y
que la Iglesia debería admitirlas al sacerdocio. Pero el Papa Juan Pablo II dijo que
no lo podía hacer. Afirmó que la mujer tiene una gran misión en la Iglesia. Llegó a
decir que la Iglesia no sería lo que es sin la mujer. Pero que la misión de la mujer
no era el sacerdocio.
8.- Si Cristo hubiera querido mujeres sacerdotes hubiera ordenado sacerdote a su
Santísima Madre, y no lo hizo. Los sacramentos no se pueden cambiar. En lo
esencial tienen que permanecer como Cristo los hizo. La Misa hay que decirla con
pan de trigo y vino de uva. No se puede decir con Coca-Cola y patatas fritas,
aunque eso esté hoy de moda.
9.- Los sacramentos sólo pueden cambiarse en cosas accidentales: antes era en
latín y de espaldas, y hoy de cara al pueblo y en las lenguas locales.
Pero las palabras de la consagración no se pueden cambiar.
10.- Algunas feministas revanchistas quieren que en la consagración el sacerdote
diga que la sangre de Cristo se derramó por TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES.
Pero esto no se puede hacer, y además es una tontería, porque el masculino
incluye el femenino. Si yo digo que somos ocho hermanos, incluyo a mis hermanas,
pues hermano varón sólo tengo uno. Y si mis padres decían que tenían ocho hijos
es evidente que incluían a los hijos y las hijas