Comentario al evangelio del Martes 12 de Julio del 2011
En el cuadro de la opresión del pueblo, surge un elemento de luz: el nacimiento de Moisés, su
salvación de las aguas del Nilo por parte de la hija del Faraón. Viene después un proceso educativo en
la corte y la experiencia traumática del asesinato de un egipcio que estaba maltratando a un hebreo.
El libro del Éxodo, mediante estos rasgos, nos presenta lo que le va a suceder al pueblo. De igual modo
que Moisés fue salvado de las aguas, el pueblo se verá a salvo del Mar Rojo. El relato termina con la
huida de Moisés a Madián, perseguido por un faraón irritado.
¿Cómo podemos acercarnos hoy a una historia como esta? Según un estudio realizado por una agencia
norteamericana de publicidad, Moisés es (por encima de Jesús, que ocupa el segundo puesto), el
personaje que más ha influido en la historia de la humanidad. (Conviene añadir que la agencia está
controlada por judíos).
Hay un elemento del relato que me llama la atención: Moisés fue adonde estaban sus hermanos, y los
encontró transportando cargas. Este contacto con la realidad sufriente, que en Jesús provoca compasión
(Se compadeció de ellos porque andaban como ovejas sin pastor), a Moisés le produce una indignación
ética que lo lleva a la violencia: Miró a un lado y a otro, y viendo que no había nadie, mató al egipcio y
lo enterró en la arena.
Hay dos preguntas que podemos hacernos hoy:
- ¿Nos acercamos a nuestros hermanos sufrientes o preferimos quedarnos en la tranquilidad de nuestra
“corte”?
- Ante el sufrimiento de la gente, ¿reaccionamos con indignación o violencia o nos compadecemos
como Jesús?
Vuestro hermano en la fe
Fernando González
Fernando González