“Les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los
cielos”
Mt 18, 1-4
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. "¿QUIÉN ES EL MÁS GRANDE EN EL REINO DE LOS CIELOS?"
En aquel tiempo, los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el
más grande en el Reino de los cielos?". Encontramos en diversos fragmentos del
Evangelio, estos celos y ambiciones de los apóstoles por los primeros puestos en el
reino. Aún son aquellos hombres que fueron pescadores, hombres de trabajos de
Galilea y tierras judías, que a su modo se imaginan el Reino de los Cielos. En otra
ocasión, la madre de Juan y Santiago le pedirá a Jesús los dos primeros puestos en su
reino, ante esto, los otros 10 apóstoles elevaron su reclamo. Y en la hora de la última
cena, Jesús, le da una hermosa lección de humildad, lavando los pies de cada uno de
ellos.
2. “LES ASEGURO QUE SI NO SE HACEN COMO NIÑOS, NO ENTRARÁN EN EL
REINO DE LOS CIELOS”.
Si nos damos cuenta a leer con detenimiento este fragmento del Evangelio de Mateo,
vemos que la pregunta no es para saber quien de ellos va a ser mas santo en el Reino,
sino quién de ellos tendrá una mayor dignidad o un puesto de mayor privilegio. Según
entendemos en el Evangelio según san Marcos, Jesús se sentó, ya que venían de
camino y había que descansar, y de este modo les responde con una magistral lección,
un bellísima parábola, llamó a un niño, lo puso en medio de ellos, es decir también,
delante de ellos y dijo: “Les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el
Reino de los cielos”.
3. Y SE LO HA DE RECIBIR CON LA ACTITUD DE LOS NIÑOS
Es la gran lección que da el Señor sobre la ambición y los honores. Como complemento
a esta enseñanza, les dice luego: El que se haga pequeño como este niño será el más
grande en el Reino de los cielos. Recordemos que los fariseos, se creían con derecho al
Reino, pero este privilegio se da como don gratuito de Dios. Esta es la lección. Y se lo
ha de recibir con la actitud de los niños, no tanto por sus condiciones morales, sino por
su inocencia y simplicidad. Entonces Jesús nos enseña que hay que tener, pues, esta
actitud moral para recibir el reino: no como exigencia, sino como don gratuito de Dios.
4. ¿PORQUE SER COMO UN NIÑO Y HACERSE PEQUEÑO?
La respuesta de Jesús es nuevamente desconcertante en aquel tiempo para los
discípulos y hoy paramuchos adultos, talvez los apóstoles debieron quedar
desilusionados, para Jesús, el hacerse niño no es sólo condición para alcanzar la mayor
grandeza en el Reino, sino incluso, y así se los dice, si ustedes no cambian y no se
hacen, expresando que es requisito indispensable para ser admitido en el Reino.
¿Porque ser como un niño y hacerse pequeño? El niño es un ser débil y humilde, que no
posee nada, no tiene ambición, no conoce la envidia, no busca puesto privilegiados, no
tiene nada que decir en la codicia de los adultos, el niño tiene conocimiento de su
pequeñez y su debilidad. Es así como nos hace saber Jesús, que el más humilde será el
más grande ante el Padre, como vemos, de nada importa el nivel, la jerarquía o el rango
y papel que se desempeñe en la sociedad.
5. “HACERSE COMO LOS NIÑOS”, HACERSE HUMILDE Y SENCILLO DE
CORAZÓN
El niño al igual que el pobre recibe con alegría lo que se le entrega cuando su necesidad
depende de los demás. Ese es el sentido de ese “hacerse como los niños”, hacerse
humilde y sencillo de corazón, empequeñecido en la sociedad respecto a los puestos de
jerarquía, esa es condición de Jesús para seguirlo, “El que no renuncie a si mismo, no
puede ser mi discípulo”
Tenemos claridad que esa es nuestra situación ante Dios, es así como Jesús quiere que
sus discípulos, sus apóstoles, y todos nosotros seamos receptivos, sencillos y humildes,
con capacidad o disposición favorable para recibir y aceptar y la grandeza espiritual en
el servicio que El nos pide, esta es la conversión que nos hará distintos y nos
transformará en niños, pero al igual que ellos, entendiendo que la que la niñez espiritua l
es una actitud interior de dependencia y confianza en el Señor y todo esto, debemos
hacerlo con gestos concretos en el servicio a los más humildes, porque en cada pobre
esta Cristo y el que acoge a uno acoge a Jesús.
6. ESA ENVIDIA POR QUERER UN PUESTO MAYOR
En efecto, no olvidemos, que el que acoge al indefenso, al humillado, al marginado, esto
es, todo lo que hacemos por un hermano los hacemos también por Cristo.
Ser como niños, es suprimir en el corazón la ambición y muchas veces esa envidia por
querer un puesto mayor, Pero la humildad no resulta fácil para muchos de nosotros,
porque ello implica renunciar a ciertos deseos de poder, de dominar lo que
erráticamente creemos necesitar, por tanto el ejemplo que nos dio Jesús en el niño es
esa humildad como manifestación pura que tiene la infancia al estar exento de poder,
pero si necesitados de un cuidado amoroso. Confiemos esta protección a Dios y
recordemos que por mucha edad que tengamos, jamás dejamos de ser niños para
nuestra madre, es así como confiemos en María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
pidámosle a ella, ser como los niños que espera Jesús de nosotros.
7. LOS SENCILLOS, LOS HUMILDES
El Señor, quiere que todos nos salvemos, todos somos sus hijos queridos, en otra
palabra la voluntad del Padre, es salvar a todos los hombres, grandes y pequeños.
Pero a los pequeños que se refiere son los sencillos, los humildes, los que no tienen
gran relevancia. Muchos hombres de condición humildes, como consecuencia de no
poder conseguir sus necesidades, se equivocan y optan por el mal camino y se pierden
y caen en el pecado. Son a estos hombres a los que debemos prestar nuestro auxilio. A
estos hombres son a los que debemos buscar para hacerles sentir que tengan confianza
en el Señor, y enseñarles que Dios tiene una profunda bondad, una gran misericordia y
que busca su salvación.
La paz del Señor sea en su alma