EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Mateo 12,1-8.
En aquel tiempo, Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus
discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está
permitido en sábado".
Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus
compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les
estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los
sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el
descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no
condenarían a los inocentes.
Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Afraates el sabio (?-v. 345), monje, después obispo de Mosoul, santo de la Iglesia
Ortodoxa
Demostraciones, n° 13, 1.3.9
«Un tiempo de descanso, el séptimo día, está reservado para el pueblo de
Dios» (He 4,9)
El sábado no ha sido establecido como una prueba para el discernimiento
entre la vida y la muerte, entre la justicia y el pecado, así como otros preceptos
mediante los cuales «el hombre encuentra la vida» (Lv 18,5) o la muerte, si no los
observa. No, el sábado, en su tiempo, ha sido dado al pueblo en vistas al descanso;
con los hombres, los animales debían cesar el trabajo (Ex 23,12)...
Si el sábado no había sido creado para el descanso de todo ser que realiza un
trabajo corporal, las criaturas que no trabajan habrían debido, desde su origen,
también, observar el sábado para estar justificadas. Por el contrario, vemos el sol
avanzar, sin descanso, la luna recorrer su órbita, las estrellas proseguir su carrera,
los vientos soplar, las nubes moverse por el cielo, las aves volar, los arroyos manar
las fuentes, las olas agitarse, los relámpagos caer e iluminar la creación, el trueno
estallar violentamente a su tiempo, los árboles dar sus frutos, y cada criatura
crecer y fortalecerse. No vemos en verdad ningún ser descansar el sábado, salvo
los hombres y los animales de carga que están sujetos a la ley del trabajo.
A ninguno de los justos del Antiguo Testamento, el sábado les fue dado para
que encontraran la vida... Pero la fidelidad al sábado estaba prescrita para que
descansaran servidores, esclavas, mercenarios, extranjeros, animales de carga, con
el fin de que pudieran restablecerse del trabajo abrumador. Ya que Dios ha cuidado
de toda su creación, tanto de animales de carga como de animales feroces, de las
aves como de los animales silvestres. Escucha ahora cuál es el sábado que Dios
quiere. Isaías dijo: "He aquí mi descanso: hacer descansar al que está cansado»
(28,12)... Nosotros por lo tanto, guardemos fielmente el sábado de Dios; haciendo
lo que complace a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso,
donde cielo y tierra reposarán, donde toda criatura se recrea.
“servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”